Como ya es tradición, para despedir el año repasamos las noticias que han hecho este 2021 de Dénia único. Acompáñanos en un recorrido para rememorar cómo han sido estos 12 meses y qué es lo que han supuesto a nuestra ciudad.
Enero: la tercera ola del coronavirus y el falso confinamiento
Tras las Navidades, la Marina Alta se encontró en una situación desoladora. Las restricciones sanitarias de las Fiestas llegaron demasiado tarde, provocando que la incidencia se disparara como nunca antes. Para paliarlo, se aplicaron en la Comunitat Valenciana las medidas restrictivas más duras desde la primavera de 2020.
Al confinamiento perimetral, que impedía salir o entrar de la Comunitat (a excepción de aquellos se desplazaran para una reunión familiar navideña), se le unió un duro toque de queda desde las 22:00, dejando las calles vacías por la noche.
Pero no fue lo peor, la hostelería tuvo que volver a sacrificarse para primero cerrar a las 17:00 y después cerrar por completo. Además, se prohibieron las reuniones sociales y varios municipios fueron completamente confinados. Dénia se libró de esto último, pese a tener mayor incidencia que los pueblos que se mantuvieron aislados.
No obstante, también fue el mes en el que aceleró la vacunación. Aunque hubo quien se coló, la población de riesgo empezó a recibir a gran velocidad las dosis que cambiarían el escenario de la pandemia.
Febrero: el pico del coronavirus pasado por arena
El coronavirus seguía aumentando, con actualizaciones en las que se registraron 25 fallecidos con COVID en la comarca y más de 300 contagios en Dénia.
Una estampa similar a la de enero pero tras un filtro marrón, pues el polvo invadió la ciudad durante semanas. Una nube de arena argelina dejó las calles, mobiliario y vehículos llenos de suciedad. El nivel del polvo en suspensión en la zona llamó la atención de los expertos, pues estuvo muy por encima del nivel de alerta.
Ahora bien, al final del mes llegamos con buenas noticias. La tercera ola remitía y la Generalitat anunció el próximo fin de las restricciones más severas. Se esperaba un marzo optimista.
Marzo: más vacunas, menos COVID y ninguna falla
Marzo devolvió la vida a las calles, primero llenando las terrazas de los bares para después reabrir los interiores y los gimnasios. Dénia había pasado de registrar 300 casos en una única actualización de febrero a sumar solo una docena por quincena.
La vacunación aceleró, inmunizando la docencia, mientras descubríamos historias tan sorprendentes como la del astillero que surgió de un garaje dianense y que ahora conquista las aguas de todo el mundo. También fue un mes de sustos, con fuertes lluvias y algún que otro incendio.
Fue el aniversario de la pandemia, pero también el de los ninots que alargan sus vidas mucho más que lo esperado. Otro año sin Fallas pero con la alegría del fin de la tercera ola del coronavirus.
Abril: cuando nos vimos desde arriba
En abril vimos la grandeza de la Marina Alta desde el espacio, pero también vivimos un pequeño susto con unos brotes de coronavirus sufridos en Pascua que hicieron peligrar la situación. Pese a ello, en eso quedó gracias a un cumplimiento generalizado de las restricciones, aunque seguían disparadas las denuncias a gente de otras comunidades que se paseaban por Dénia tras saltarse el confinamiento perimetral.
Fue un mes de mucha gastronomía, anunciando los Soles Repsol dianenses y el gran proyecto de Quique Dacosta en la capital española. También conocimos divertidas anécdotas, algunas no muy positivas, de sus visitas a Dénia entre David Broncano y un invitado.
Mayo: el mes de las cosas raras
El mes empezó con los vecinos alzando la vista al cielo nocturno para observar unas extrañas luces que en él aparecieron. Mientras, los que miraron al suelo dieron con la nueva plaza Valgamediós, saltando pronto la polémica debido a las diferencias que tenía con respecto al proyecto inicial, haciendo peligrar la plantà de la Falla Oeste.
Las luces del cielos no fue lo más raro que se vio, pues quien estuvo rápido pudo ver a la Virgen en procesión sobre cuatro ruedas. Además, tuvimos la oportunidad de recorrer las calles de Miami sin salir de la ciudad.
Hubo anuncios muy positivos. Por un lado, Sanitat aseguró que permitirían celebrar Fallas ese mismo año. Por otro, Dénia revalidó sus Banderas Azules de cara a la temporada estival.
Junio: fuera las mascarillas
Tras 8 meses, junio trajo el fin del toque de queda. La nueva normalidad se impuso ese mes, volviendo a una situación sin casi restricciones. De hecho, pudimos quitarnos la mascarilla por primera vez en casi un año, aunque solo en exteriores.
Conocimos los grandes problemas de la primera línea de playa y presenciamos algún nuevo susto en forma de vehículo ardiendo en el casco urbano. También fuimos testigos del primer elemento mobiliario de Dénia con perspectiva de género: el Banco del Beso.
Julio: un verano de novedades
De lleno ya en un verano atípico con grandes cambios en el litoral de Dénia. El final de Les Rotes quedó cerrado al tráfico por primera vez, y a pocos kilómetros descubrimos la primera biblioteca de playa, la cual resultó ser todo un éxito.
Las Fiestas de Dénia se reinventaron con una programación cultural de gran nivel, aunque prescindiendo del concierto principal por el coronavirus.
Julio también trajo un incremento del coronavirus y nuevas restricciones duras, imponiendo nuevamente en Dénia el toque de queda por su especial situación.
Agosto: cuando el calor atrajo al viento
Agosto trajo una dura ola de calor, pero también la normalidad en el reabierto ocio nocturno y lo que conllevó. Durante las noches de Dénia fueron continuos los botellones, actos vandálicos (alguno de éstos contra el recuerdo de las víctimas de la COVID) y, sobre todo, peleas.
Con el calor llegó el viento, dejando durante una tarde a la ciudad patas arriba, con múltiples accidentes especialmente en las playas a causa de las huracanadas rachas.
Fue el mes en el que pudimos charlar y conocer mejor al chef Estrella Michelin Danny Lledó, que pasó unos días en la ciudad donde creció. También se nos dejó ver por primera vez la transformación del mayor parque de Dénia: el Bosc de Diana.
Septiembre: mes de récords y pérdidas
Los precios de la vivienda en la zona más cara del casco urbano de Dénia se dispararon mientras otras zonas aguantaban una invasión de excrementos de palomas. Descubrimos que el verano había sido mucho más exitoso en cuanto a visitantes que el anterior, pero también que las peleas se contaban por decenas a la semana.
También dimos con los mejores picaderos de la ciudad (cosas de internet) y se desvelaron las modernas y lujosas mansiones que ocuparían el litoral de Les Rotes. Eso sí, esto último a costa de uno de los inmuebles más históricos de la zona, perdiendo Dénia uno de sus monumentos arquitectónicos de más valor para convertirlo en una privilegiada urbanización.
Y hablando de descubrimientos, nos hicieron ver cómo sería la ciudad dentro de unas décadas de perpetuarse los niveles de contaminación. Unas imágenes irreconocibles, en las que se ve a la mayoría de barrios de Dénia sucumbiendo al mar.
Octubre: árboles de hierro, conciertos y nazis
Termina la temporada estival pero no de visitas, pues los influencers eligieron Dénia como uno de los mejores destinos turísticos. Los jabalíes parece que leyeron esa noticia, pues empezaron a aparecer en mayor número por el centro de la ciudad.
También podría ser que quisieran ver por ellos mismos el gran reclamo de esos días del municipio: el enorme árbol de hierro sobre Marqués de Campo.
Durante las fiestas del Nou d'Octubre, Dénia se reencontró con la música, organizando varios conciertos con un éxito rotundo, con artistas de la talla de Zoo y Xavi Sarrià sobre el escenario. También vimos el lado más oscuro del ocio nocturno, con la tremenda agresión de ochenta jóvenes a la policía.
Pero también hubo luz, mucha luz, pues la Fira de Tots Sants volvió a brillar en Torrecremada. Mientras, en los cines de toda España conocieron el turbio pasado del municipio cuando se convirtió en residencia de criminales nazis.
Noviembre: de los pueblos fantasma a alta mar
Recorrimos nuevamente los lugares más terroríficos de Dénia tras el Halloween, descubriendo que uno de ellos se había convertido en una peligrosa galería de arte urbano.
Noviembre trajo un nuevo temporal de mar que hizo saltar las alarmas, pues el recuerdo de Gloria sigue presente. Ahora bien, al final no tuvo nada que ver.
Dimos con tesoros nazis olvidados y con algún exentrenador del Barça disfrutando de su reciente despido en una restaurante de Dénia.
Además, fue el mes en el que iniciamos nuestra aventura a bordo de la Franjumar para descubrir los secretos de la pesca de la gamba roja de Dénia en un formato completamente nuevo para nosotros.
Diciembre: otra Navidad entre coronavirus
La parada que más presente tenemos. Arrancó de la mejor manera, con la celebración de un reinventado D*na, la nueva Estrella Michelin conseguida y el reencuentro con la Nit de la Llum. También hemos visto iluminarse nuestra propia y viral Torre Eiffel. Pero, al mismo tiempo, la sombra del coronavirus aumentaba otra vez, pese a que entraron nuevas restricciones como la obligatoriedad de presentar el pasaporta COVID.
A nivel urbanístico ha sido un mes muy importante. Hemos visto la nueva cara del mercado municipal y de la Casa de la Marquesa, y se nos ha enseñado lo que será la futura plaza de Marqués de Campo y la renovada Glorieta del País Valencià.
Todo bien menos por la ilegalidad y estupidez del Ayuntamiento permitiendo la destrucción de una de las casas más antiguas de denia Agustín Chermes se devolvería en su tumba ante semejantes catetos
Muy interesante la información en general.