Si has salido esta mañana de casa te habrás llevado la misma sorpresa que el resto de vecinos y vecinas de Dénia: una alfombra de tierra cubre las calles y los vehículos. Pero, a diferencia de lo que viene siendo habitual, en esta ocasión no ha sido provocado por la lluvia de sangre, ya que no ha caído ni una gota en toda la noche.
A estas horas todavía se puede ver suspendido en el aire una gran cantidad de arena procedente de la costa argelina, que no del Sahara pese a lo que se suele pensar. La tierra flotante tiene tal magnitud que se ha depositado sobre la superficie sin necesitar el empujón habitual de las gotas de lluvia.
El polvo deja una estampa árida en la zona, pero nada comparable a las nubes marrones a ras de suelo de Tremecén, provincia argelina de donde procede esta arena. No obstante, aunque persiste polvo flotando como se aprecia a simple vista, se esperan episodios de lluvias en los próximos días que ayudarán a recuperar el colorido habitual de nuestro paisaje.
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Vehículo lleno de arena que flota en el aire
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Parabrisas sucio por el polvo
