Durante los últimos diez años, el mercado inmobiliario de Dénia ha experimentado transformaciones notables. Los precios del metro cuadrado han seguido trayectorias muy distintas según el distrito, marcando no solo una evolución económica, sino también un cambio de mentalidad entre quienes buscan vivienda en la ciudad o valoran invertir en ella.
El ascenso del centro y la consolidación del lujo en la costa
El distrito Centro, tradicionalmente considerado el corazón de Dénia, ha mostrado una progresión estable y sostenida. En 2014, el precio del metro cuadrado se situaba en torno a los 1.200 euros. Desde entonces, ha seguido una línea ascendente con algunas fluctuaciones, hasta alcanzar los 2.452 €/m² en abril de 2025. Este aumento refleja un interés renovado por vivir en una zona céntrica con acceso inmediato a comercios, servicios públicos y vida urbana activa. A pesar de ello, su margen de crecimiento parece haberse moderado en los últimos años, dejando paso a otras zonas emergentes.
En el extremo opuesto del espectro, distritos como Les Rotes y el Puerto han liderado el mercado con los precios más elevados. Les Rotes se ha situado este año por encima de los 3.700 €/m², mientras que el Puerto ha mantenido valores similares, consolidándose como el entorno más exclusivo del casco urbano. La proximidad al mar, las vistas privilegiadas y un entorno residencial selecto explican la alta demanda en estas zonas, especialmente entre compradores con perfil inversor o extranjero.
Los nuevos polos de atracción: periferia y costa intermedia
Uno de los fenómenos más relevantes ha sido el crecimiento sostenido de zonas como La Pedrera – Vessanes y La Xara – La Sella. Con precios más contenidos que los del centro o la costa, han pasado en apenas cinco años de los 2.000 a más de 2.700 €/m². El perfil del comprador en estas áreas busca mayor tranquilidad, más espacio y viviendas modernas, sin alejarse demasiado del núcleo urbano.
Les Marines también ha reforzado su posición como una de las zonas más cotizadas. Con precios que rondan los 3.400 €/m², se ha mantenido en niveles elevados durante los últimos cinco años, apuntalando su atractivo como zona vacacional.
En contraste, el distrito de Saladar, históricamente una opción más asequible, ha mostrado una evolución significativa. De apenas 1.000 €/m² en 2015, ha alcanzado los 1.902 €/m² en la actualidad. Las viviendas “más económicos”, que ya empiezan a escaparse del bolsillo medio.
Preferencias en movimiento: de hogares a activos financieros
La evolución de los precios en Dénia no solo refleja un encarecimiento generalizado, sino un cambio profundo en las prioridades del mercado inmobiliario. Zonas como el Puerto han visto dispararse su valor hasta alcanzar los 3.278 €/m² en abril de 2025, confirmando su atractivo como destino inversor. Este crecimiento sostenido —por encima incluso de zonas tradicionalmente lujosas como Les Rotes— parece estar impulsado por el boom de los alquileres turísticos, convirtiendo muchas viviendas en rentables plataformas de alojamiento vacacional antes que en hogares familiares.
Mientras tanto, los precios en el centro de la ciudad o en zonas como Saladar también han subido, aunque de forma más moderada, dificultando el acceso a la vivienda para residentes habituales. El mercado se ha movido así hacia una lógica de rentabilidad, donde la inversión prevalece sobre la necesidad residencial. Este modelo, centrado en compradores con alto poder adquisitivo y orientado a maximizar beneficios a corto plazo, deja en un segundo plano la creación de tejido social estable o la posibilidad de que jóvenes, familias y trabajadores accedan a una vivienda en su propia ciudad.
Dénia se enfrenta, por tanto, a un dilema urbanístico y social: cómo equilibrar el dinamismo económico del sector inmobiliario con el derecho a una vivienda digna para su población. La apuesta por zonas de inversión y el turismo como motor económico puede ser rentable, pero plantea una reflexión necesaria sobre el tipo de ciudad que se quiere construir: ¿una ciudad para vivir o para rentabilizar?