OPINIÓN Gent de Dénia
Ante la reciente propuesta del equipo de gobierno local de construir una desaladora en Dénia para abordar la escasez hídrica en la Marina Alta, desde Gent de Dénia queremos expresar nuestras reservas respecto a la viabilidad económica y ambiental de dicha infraestructura.
Estimamos que la inversión necesaria para una desaladora oscilaría entre 50 y 200 millones de euros, sin contar con los costos adicionales asociados a la construcción de una planta fotovoltaica para abastecerla de energía. Este desembolso podría traducirse en un incremento significativo en las tarifas del agua para los ciudadanos de Dénia, afectando directamente a la economía de las familias locales.
Además, es importante destacar que las desaladoras existentes en la región no están operando a plena capacidad. Un ejemplo claro es la desaladora de Jávea, que se diseñó para abastecer a 186.000 personas, y actualmente trabaja a menos del 40% de su capacidad. De hecho, actualmente existe una conexión desde esta desaladora hasta la urbanización Los Lagos, ubicada en término municipal de Dénia, que ya se construyó en previsión de una conexión hacia Dénia. Esto demuestra que ya disponemos de alternativas viables que podrían optimizarse antes de acometer una inversión de tal magnitud.
Desde Gent de Dénia abogamos por explorar alternativas más sostenibles y rentables. Buen ejemplo es la mencionada del trasvase desde la desaladora de Jávea o incluso desde la de Sagunto. Podrían ofrecer una solución más económica y con menor impacto ambiental.
Instamos al gobierno local a realizar estudios exhaustivos que contemplen todas las opciones disponibles, asegurando que cualquier decisión tomada sea en beneficio de la comunidad y garantice la sostenibilidad de nuestros recursos hídricos.
La prioridad no debe ser solo la rentabilidad, sino también la sostenibilidad medioambiental y la calidad de las aguas. Hoy por hoy la salmuera generada por la desalación no se puede utilizar, pero comienzan a presentarse propuestas para la reutilización de la salmuera que harán más sostenibles a las plantas de desalinización. El agua que procede de las desaladoras, hoy por hoy no es apta para una agricultura de proximidad, que tanto queremos promocionar. Hay que tratarla, y con muchos más condicionantes, como es el sobrecosto del tratamiento. Las desaladoras, como industrias que son, deben reciclarse cada 25 años, con inversiones millonarias.
Este tipo de tecnologías están en continua evolución. Cuanto más tardemos en construir la desalinizadora, mejores sistemas se habrán creado, más evolucionados. Obtendremos más beneficios y, sobre todo, menos dañaremos a nuestros ecosistemas.
Es primordial que se promueva un debate abierto y transparente, involucrando a expertos, organizaciones ambientales y a la ciudadanía, para determinar la mejor solución a largo plazo para la gestión del agua en Dénia y la Marina Alta. No ha llegado aún el momento de decantarse por un sistema u otro, más cuando el tiempo juega a nuestro favor y no hay una urgencia real. No cometamos el error de echarnos con prisas en brazos de una tecnología que aún está evolucionando, no nos urge.
Desde Gent de Dénia reafirmamos nuestro compromiso con una gestión responsable y sostenible de los recursos naturales, siempre velando por el bienestar de nuestros vecinos y el futuro de nuestra tierra.