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Cuando el Generalísimo, Calvo Sotelo y los Caídos abandonaron el callejero de Dénia: la democratización de las calles

15 de octubre de 2023 - 09:00

Ser de una ciudad es ser de sus calles. Y Dénia no es más que eso, al igual que cualquier municipio, un conjunto de calles. Las hay más bonitas que otras, más olvidadas que otras, más verdes, más peatonales o más vivas que otras. Pero la gran mayoría comparten una historia en común, siendo testigos del paso de los años por la ciudad y de cómo le han afectado los eventos más cruciales.

No obstante, su papel no queda relegado al de mero testigo, también han sido víctimas de los grandes acontecimientos históricos. De ellas se han servido para dejar constancia de quién manda en cada momento, por lo que cuando hay sucesos tan revolucionarios como puede ser un golpe de estado o la reinstauración de una democracia, se apresuran las administraciones a colocar nuevas placas en las calles como si fueran colonizadores clavando su bandera sobre una nueva tierra descubierta.

La democratización del callejero de Dénia

Dénia solo es una ciudad más cuyo callejero sufrió una transformación de la noche a la mañana durante la Transición, después de haber sido sometido ya a su respectiva adaptación con el paso de la Segunda República a la dictadura franquista.

En el Franquismo, muchas calles de Dénia, las más importantes, homenajeaban a altos cargos del régimen o a símbolos ligados a los ideales nacionalcatólicos que se impusieron entonces. De este modo, era fácil encontrarse entre los espacios más concurridos la plaza de los Caídos, la Calle del General Mola o la Calle del Generalísimo.

Las propuestas del Ayuntamiento

Tras reinstaurarse la democracia durante la Transición, en 1979 se inició un proceso con el fin de renombrar un gran número de calles de Dénia para «romper con un periodo histórico cuyos símbolos deberían ser olvidados». Así lo exponía la concejala dianense Mª Teresa Villar en la moción con la que se pedía recuperar los antiguos nombres de las calles previos al Franquismo, y se proponían nuevas nomenclaturas para las localizaciones creadas durante la dictadura.

Las propuestas fueron las siguientes:

Nombre entoncesPropuesta de cambio
Calle de Gabriel MorenoDels Cavallers
Calle de José AntonioDe la Mar
Calle de Méndez NúñezFora Mur
Calle de LoretoDe les Monges
Calle de Vista AlegreDel Trinquet
Calle del GeneralísimoMarqués de Campo
Plaza de los CaídosPl. Major o Pl. de la Constitución
Plaza de Cristo ReyPl. del Mercat Antic o Pl. de Vicente Blásco Ibáñez
Pº de Calvo SoteloPº de Ausias March
Calle General MolaAvda. de Alicante
Pl. del 18 de JulioPl. de la Marina Alta
Calle Falangista CárdenasC. de l’Estació

La última palabra de la Comisión de Cultura

No fue hasta noviembre de 1980 cuando fueron revisadas dichas propuestas y adaptadas por la Comisión de Cultura, que decidió hacer varias modificaciones y añadió otras direcciones a la lista para someterse a cambios.

Entre la indecisión sobre si cambiar la Plaza de los Caídos a la Plaza Major o Plaza de la Constitución, se optó por esta segunda «para darle más relieve». También dos opciones se plantearon para la Plaza de Cristo Rey, pero aquí se rechazaron la dos propuestas para bautizarla, a modo de homenaje, como Glorieta del País Valencià.

La Calle General Mola, que iba a ser Avda. de Alicante debido a que se planteaba que fuera una extensión de ésta, finalmente derivó en Calle de la Vía ya que era como se conocía popularmente al estar situada ahí la antigua línea de Carcaixent-Dénia.

A la lista añadieron la propuesta de cambio de la Calle Dr. Giménez Díaz por Carrer del Temple San Telm, la Plaza Almirante Valterra por la Plaça Pere Eiximen d’en Carrós, «en recuerdo a este capitán» al mando de las tropas de Jaume I, y la Calle Almirante Bastarreche a Carrer del Castell d’Olimbroi, ya que era el camino que llevaba a la fortaleza con ese nombre, situada en San Nicolás, construida por el mencionado capitán.

La Comisión Informativa de Cultura, además, decidió rescatar el nombre de Gabriel Moreno, quien fue sobrino de Marqués de Campo, y trasladarlo a Baix la Mar para sustituir la calle Zumalacarregui. Esto se debe a que consideraron que Gabriel Moreno fue un gran benefactor para Dénia, contribuyendo a la construcción del puerto.

Aunque en los documentos de la comisión del Arxiu Municipal a los que hemos tenido acceso no se menciona, a día de hoy sabemos que la Calle Loreto mantuvo su nomenclatura. Del mismo modo, se aplazó el cambio del paseo de Calvo Sotelo «para un mejor estudio» de sus antiguas denominaciones, como la de Arriete que propusieron los concejales de UCD. Pero se desestimó, así como la propuesta del PSPV de llamarlo Paseo de Ausias March, o Passeig de Joan Baptiste Basset como se propuso con una recogida de firmas. Desde el acuerdo en diciembre de 1980 se le conoce como Passeig del Saladar.

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  1. JM Mulet dice:

    ¿Puede que «María Teresa Villar» sea en realida Tere Villó, que fue concejala por el PSOE en la primera legislatura democrática?


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