El alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, ha participado este mediodía en la presentación de la Estrategia de Sostenibilidad Turística en Destino, organizada por la Secretaría de Estado de Turismo, y que ha tenido lugar en Lanzarote, aunque el representante dianense ha intervenido de forma online.
Grimalt ha formado parte de una mesa redonda con otros alcaldes de municipios españoles para tratar la situación del turismo y los objetivos acordes a la Agenda 2030. En su turno, se ha mostrado crítico con el estándar que se ha llevado a cabo en cuanto al turismo de la zona durante años y que ahora buscan adecuar a las necesidades actuales.
"El modelo turístico de los 60 nos ha dejado una herencia envenenada", señalaba el alcalde en referencia a la época del "todo vale". "La falta de planificación nos ha dejado una falta de infraestructuras y de servicios, que a muchas partes de la ciudad no llegan".
Además, ha apuntado a lo importante que es lograr un equilibrio entre el turismo como motor económico y la ciudad como espacio donde vivir todo el año, consistente en evitar la masificación del lugar. "Es cierto que el turismo deja dinero y da trabajo, pero tenemos que asumir que, como en cualquier ciudad, hay unos límites, incluso físicos", ha declarado Grimalt, insistiendo en lograr ese equilibrio entre turistas y las familias que aquí viven todo el año.
El alcalde ha vuelto a anunciar que estos objetivos se lograrían con la desestacionalización del turismo. Por ello afirma que prima hacer ver que somos más que sol y playa, y que hay mucha más oferta, como la gastronómica y cultural, de la que se puede disfrutar en cualquier época del año.
Grimalt, del mismo modo, ha hecho referencia a la situación vivida en el verano de 2020 y que podría darse nuevamente este año. "Pasamos una prueba de fuego con la pandemia durante el verano pasado", ha asegurado, indicando que los números de visitantes se acercaron mucho a los de años anteriores, en parte porque la mayoría son de segunda residencia.
La culpa es de Franco.