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«Trabajo buscando las causas del cáncer»: la proyección de la científica de Dénia Lucía Torres

17 de mayo de 2020 - 01:00

Su nombre ha resonado en las últimas fechas porque acaba de convertirse en Doctora en Medicina Molecular por la Universidad de Bonn. En pleno confinamiento y por videoconferencia, Lucía Torres Fernández ha defendido su tesis doctoral sobre un tema que nos interesa a todos: una proteína que puede encerrar respuestas sobre las causas del cáncer. El caso de esta investigadora de Dénia no es exactamente el de «fuga de cerebros», porque no se marchó en busca de trabajo y oportunidades. Sin embargo, aunque no es estrictamente un cerebro fugado, sí que es un gran valor que, de momento, no piensa volver.

Lucía Torres estudió en el colegio Alfa&Omega y más tarde, en el IES Maria Ibars. Se licenció en Biotecnología en la Universitat Politècnica de València, y se marchó a Alemania en 2013. «Tenía muchos compañeros alemanes en el colegio y, aunque a mucha gente le parezca un idioma difícil, a mí me encantaba escucharlos. Así que cuando me licencié decidí buscarme un futuro en Alemania para aprenderlo», explica Torres. Después del Máster sobre Medicina Molecular en la Universidad de Bonn, ha realizado su doctorado en el Life & Medical Sciences Institute (LIMES), que ha finalizado con su tesis sobre la proteína TRIM71/LIN-41. Pero aclaremos conceptos.

¿Qué es la Medicina Molecular? Según explica Lucía Torres, ellos trabajan en la investigación de los procesos celulares que causan las enfermedades. Se diferencian de la industria farmacéutica en que no buscan las curas a las enfermedades, sino sus causas. Se trata de comprenderlas mejor para poder atacarlas. «En el laboratorio trabajo con células madre y con células cancerígenas. La gente no lo sabe, pero estos dos tipos de células tienen mucha relación: en el desarrollo embrionario se forma un individuo entero, y en el caso de un tumor, pasa algo parecido. Es decir, la biología de las células madre es muy parecida a la de las células tumorales», explica la científica. La proteína TRIM71/LIN-41, que ha protagonizado su tesis doctoral, está presente en los dos tipos de células. Y si consiguen inhibirla, es decir, frenarla, podría detenerse el crecimiento de ciertos tipos de tumores, sin efectos secundarios para los pacientes. ¿Puede ser que una investigadora de Dénia contribuya a conseguir una meta muy importante para el cáncer? «Creo que algo de lo que hago puede ayudar», dice Lucía Torres.

«La ciencia empieza en el colegio»

Ahora tiene 32 años, y es consciente de dónde empezó todo para ella: «Yo sin mi profesora de biología del colegio no estaría donde estoy. Necesitamos profesores que tengan ganas de salirse de los libros de texto, que haya una enseñanza distinta, aplicada, con muchos ejemplos prácticos. La ciencia empieza en el colegio, y está muy bien que te dejen experimentarla sin estas prácticas grupales en las que apenas tocas nada. En Alemania tuve estudios personalizados, con prácticas en solitario, donde me vi con la independencia y el poder de crear algo por mí misma.»

«Somos más de lo que vemos: si cojo un trocito de piel hay muchas células, un ejército que trabaja para mí».

Pero incluso antes, Torres ya tuvo contacto con la ciencia: su padre, el ginecólogo Paco Torres, ya le explicaba delante del microscopio cuando era muy pequeña «Somos mucho más de lo que vemos: si cojo un trocito de piel hay muchas células, todo un ejército que trabaja para mí». Su caso es un tanto especial, ya que en una familia de sanitarios (su madre, Mati Fernández es matrona), los conocimientos científicos estaban mucho más a mano.

«La gente habla de los transgénicos y del ADN y realmente no sabe lo que son»

Hay mucho vocabulario científico que se ha colado en nuestra vida cotidiana y que utilizamos sin entender. Esto es debido especialmente a la publicidad y a la industria cosmética. «Mucha gente habla de las proteínas y cree que solo forman parte de la alimentación o que son buenas para cuando vas al gimnasio. No saben que vienen del ADN y que son el ejército responsable de todo nuestro funcionamiento», explica la científica. Tampoco están claros conceptos como el de transgénico, que tiende a ser negativo. Sin embargo, según explica Torres, los transgénicos no implican ningún peligro para la salud.

«No se debe demonizar la tecnología, sino su uso.»

«Si tú pones un gen de una especie en otra especie, no afecta en nada. El problema es cómo se cría esa planta transgénica, con qué tipo de compuestos, y qué problemas medioambientales pueden generarse». Torres opina que el problema no es la tecnología, sino su utilización, y la gran desinformación de los ciudadanos en cuanto a divulgación científica: «Se lucha con una serie de argumentos que no son verdaderos y al final la gente no sabe ni por qué lucha, hay muchísima desinformación que hay que combatir».

«Las mujeres pensamos más en el bien común que en el poder»

Rosalind Franklin trabajó con Watson y Crik, los descubridores de la doble hélice del ADN. Sin embargo, ellos mismos comentan que no sabían nada, que se sentían abrumados por la cantidad de conocimiento acumulado por Rosalind Franklin, tanto que acabaron dándole todo el crédito y el mérito a ella. «La admiro porque fue una mujer muy luchadora, y sin embargo su nombre no resuena», explica Lucía. «Probablemente sigue pasando, estamos avanzando mucho, pero todavía queda mucho por hacer. En Alemania estoy muy satisfecha con este tema, mi jefe es un feminista absoluto, recluta a muchísimas profesoras. En la Universidad de Bonn hay muchas iniciativas para que las madres científicas puedan conciliar. España debería tomar nota».

Lucía Torres aporta una visión feminista: «Si hubiera más mujeres en puestos de gobierno, más grandes empresarias, habría más corazón y más empatía, menos cabeza fría. Si desde los comienzos hubiese habido más figuras femeninas en ciencia, seguramente no existiría la visión del científico manipulador que quiere destruir el mundo. Las mujeres pensamos más en el bien que en el poder.»

El papel de la ciencia para evitar futuras crisis en Dénia

Antes que nada, hay que divulgar y educar a la gente en ciencia: a nivel personal, hay muchos juegos para niños que pueden abrirles la mente: «No regalemos siempre juguetes al uso, sino juegos que estimulen en ellos otra forma de pensar.» La científica opina que a nivel colectivo, pueden ponerse en marcha iniciativas para que la gente entre en contacto con la ciencia. Desde talleres en los colegios e institutos, en los que los jóvenes puedan ver y hacer experimentos, hasta workshops abiertos a toda la gente (charlas en las que los asistentes participan activamente). En todo ello, el Ayuntamiento tendría un papel importante, marcándose el objetivo de divulgar y de combatir la desinformación.

Algo más que sol y playa: «El mundo es nuestro»

En opinión de Lucía Torres, «La ciencia y la tecnología pueden jugar todo el papel en el cambio de modelo productivo. En Dénia ya tenemos cubierto el entretenimiento, la hostelería, el turismo, que son maravillosos. Solo necesitamos invertir para ponernos a la cabeza en todo lo demás. Los jóvenes emprendedores tienen muchas ideas: el mundo es nuestro, tenemos que construir algo para movernos hacia nuevos horizontes, y eso empieza por ayudar a la gente que tiene ideas brillantes mejorando las condiciones para los emprendedores, que en España están fatal.»

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