Ya queda poco para terminar la Fase 1. Durante tres semanas Dénia ha vivido la primera etapa de la desescalada que aportó grandes alivios de restricciones que permitieron la reactivación económica, en parte, de muchos empresarios de la hostelería.
Primero se propuso que las terrazas abrieran un 30%, lo cual fue discutido hasta lograr que se ampliara el aforo a un 50%. No obstante, se han visto gran cantidad de casos en la ciudad en los que los hosteleros han podido mantener el 100% de su terraza amparándose en la cantidad de espacio que éstas poseían.
Además, desde el Ayuntamiento se han dado muchas facilidades para que aquellas que tuvieran más problemas a la hora de retomar su actividad en el exterior pudieran adaptarse para retomar su labor. Uno de los casos más sonados, y del que se hizo eco este medio, fue el de La Vecchia Roma que por 10 centímetros no pudo en un principio instalar sus mesas hasta que finalmente se le aprobó un proyecto alternativo.
Ahora bien, eso en el caso de aquellos locales que ya disponían de terraza, pero muchos otros habían abierto solicitudes previas a la pandemia para instalar exteriores en sus locales pero éstas quedaron totalmente paralizadas por la situación. Según propietarios afectados a los que hemos tenido acceso, lejos de agilizar los trámites o, al menos, continuar trabajándolos, desde el consistorio se les comunicó que por la situación, insistían, se encontraba ese trabajo paralizado.
Algunos de estos locales disponen de nuevas zonas peatonales tras sufrir largos periodos de obra y que aspiraban, con optimismo tras conversar con responsables públicos, a colocar mesas e iniciar una oferta en el exterior. Esto, como es lógico, durante la desescalada es algo vital para la supervivencia de muchos negocios los cuales no han podido tener actividad en casi 3 meses y que ahora, en la Fase 2, ésta queda muy limitada al 40% en interiores que en ocasiones no disponen ni de una decena de mesas.
Pero la respuesta era clara: está todo paralizado. Esta situación especial con la que se escuda el gobierno local para excusar el frenazo de estos proyectos es la misma situación especial por la que los propietarios hosteleros señalaban que era más necesaria la aprobación de licencias que nunca. “¡Es el momento!”, expresaba uno de los hosteleros consultados y que se mantiene a la espera de una resolución para retomar su actividad cuando ve que los que ya tienen las terrazas aprobadas lo están haciendo.
Sus persianas siguen bajadas cuando en el resto de ciudades se siguen dando licencias nuevas. Según este empresario, en València llevan un centenar concedidas durante la desescalada siendo Dénia de los pocos municipios que han parado el desarrollo de permisos de este tipo.
Los hosteleros locales que se encuentran en esta situación se ven, por tanto, desamparados y sin saber cuándo podrán volver a abrir. En este sentido, CEDMA también ayer exigía más agilidad y menos trabas burocráticas a los ayuntamientos para poder reactivar la economía de la comarca. Mientras tanto, a ellos les toca esperar con la persiana bajada y sus solicitudes sin respuesta.
