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La vida en un barco instalando cables submarinos: este es David Costa, un nuevo Denier pel món

27 de junio de 2020 - 01:00

«En el último año he estado en Irlanda, Dinamarca, Estados Unidos, México, Samoa, Nueva Zelanda y Corea del Sur. En situaciones normales tengo la posibilidad de visitar las ciudades donde llegamos, pero con el COVID-19 no podemos bajar del barco aunque estemos en puerto». Así explica David Costa, un dianense de 34 años, cómo está viviendo la crisis sanitaria del coronavirus a bordo de un buque cablero.

Su lugar de trabajo no es un sitio concreto, sino que cambia muy a menudo. El buque en el que está en la actualidad tiene asignada el área del sureste asiático y se mueve entre Corea, China o Filipinas. Ahora mismo David se encuentra trabajando frente a la costa de Taiwán.

«Al contrario de lo que todo el mundo piensa, no nos sumergimos para conectar los cables.»

Según explica a Dénia.com, este embarque ha sido muy complicado a causa del coronavirus: «Subí a bordo en Corea del sur a finales de mayo, pero para poder entrar en el país el gobierno coreano nos obligó a realizar una cuarentena de quince días en instalaciones que ellos mismos proporcionaron».

«Una vez te dan la habitación de hotel no hay opción de salir de ella, te dejan la comida tres veces al día en la puerta y una vez al día pasa un médico a tomarte la temperatura. La verdad que los quince días en una habitación de hotel fueron bastante duros», explica David.

Ahora mismo están en Taiwán, pero ni el gobierno taiwanés les permite la entrada ni la empresa les permite bajar a tierra por el riesgo que conllevaría para toda la tripulación un contagiado.

Empecemos por el principio: los orígenes de David

David Costa ha vivido toda la vida en Les Rotes, y estudió en el IES Maria Ibars un FP de electricidad. La empresa en la que trabaja le dio una formación privada para poder ejercer su puesto: SUBCOM se dedica a la instalación y mantenimiento de cables submarinos de fibra óptica por todo el mundo, realizando conexiones entre países. «Uno de los trabajos del que formé parte fue la instalación del sistema MAREA, que conecta Bilbao y Virginia Beach, Estados Unidos», explica David.

¿En qué consiste exactamente su trabajo?

Todas las labores se desarrollan a bordo de buques cableros. «Y no, no buceamos para coger los cables ni para realizar las conexiones. Yo concretamente formo parte del departamento de transmisión, y mis tareas consisten en realizar pruebas tanto eléctricas como ópticas para comprobar que el sistema de fibra óptica funciona correctamente», cuenta David.

​Normalmente realizan campañas de máximo 60 días de embarque, a veces son más cortas o a veces se alargan porque en alta mar siempre dependen de la meteorología. En el barco son aproximadamente 50 personas, entre capitán, oficiales, marineros, ingenieros, técnicos… Durante las operaciones, trabajan veinticuatro horas, siete días a la semana: «Estamos operativos en turnos de doce horas, y durante el tiempo libre vamos al gimnasio, tenemos salones con pantallas y ordenadores para ver películas o acceder a internet, y camarotes individuales. Un barco como el nuestro tiene 140 metros de eslora y 21 metros de manga».

Vivir lejos de Dénia

«Después de cada campaña de trabajo vuelvo a casa, por lo que a final de año suelo estar seis meses embarcado y seis meses en Dénia. Es un trabajo que me gusta y que me hace sentir realizado, y me encanta visitar lugares que de otra forma no vería. Pero también echo mucho de menos a mi pareja, a mi familia y a mis amigos», nos explica David, que cierra la entrevista con los recuerdos de Dénia.

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