Después de más de dos décadas, el Saladar volvía a revivir la ilusión de lo que supone que una de nuestras falleras ostentase el cargo de Fallera Mayor de Dénia. Todos nos contagiamos de tu emoción y hemos querido acompañarte en esta etapa, llena de novedades para ti y también para nosotros, viendo cómo disfrutabas de cada acto.
Emprendiste esta nueva experiencia con la serenidad y la responsabilidad que conlleva, consciente de lo que supone representar a las Fallas, ahora ya Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Tu elegancia y saber estar ya nos había cautivado al Saladar y ahora, no sólo eso, tu dedicación a nuestras fallas ha hecho que enamores a toda nuestra ciudad.
Querida Inés, tu amabilidad ha hecho que todos los miembros de esta comisión nos sintiéramos a tu lado, haciéndonos partícipes de tus vivencias, caminando contigo y queriendo que te sintieras acompañada por tu falla, que tanto te quiere.
En tus ojos brilla el espíritu del Saladar, el de una mujer trabajadora y con voluntad para hacer grandes las fallas. Con tu humildad has demostrado que querías compartir con todos nosotros este sueño, ahora ya una realidad, que ten por seguro que las falleras y falleros del Saladar mantendremos en nuestro recuerdo.
Un ejercicio finaliza y ahora es momento de volver al barrio, a tu barrio; el mismo que te ha visto crecer y que ahora siente por ti tanto orgullo, por haber sido una Fallera Mayor de Dénia ejemplar. Y es que contigo, en el Saladar, hemos vuelto ha sentir la emoción de haber tenido una gran representante de nuestras Fallas.
