La Caldera del Gas, lugar abandonado que pide ayuda y limpieza

Hay una construcción en Dénia que a algunos molesta y a otros encanta. Esta estructura, situada al final de la calle Carlos Sentí, colindando con la avenida Joan Fuster, cerca de la vía del tren, es la Caldera del Gas. Esa construcción que muy poca gente recuerda para qué funcionaba.

En efecto, si preguntamos a la gente de Dénia, algunos nos dirán que eso estorba, que molesta a la vista, que es un edificio abandonado que no sirve de nada y que debería ser derribado. Pero otros, los que ya vivían cuando ésta cumplía su función, no quieren ni oír hablar de su destrucción pues lo recuerdan como algo de la historia de nuestra ciudad.

La Caldera del Gas es un edificio que está parcialmente protegido por ley ya que se trata de un Bien de Relevancia Local. Esto impide destruirlo, pero los años han hecho que se dejara de lado y que no se cuidara ni su estructura ni su imagen, por eso ahora está tan lleno de maleza y suciedad.

Hagamos un repaso al pasado para descubrir algo más sobre este edificio. A finales del siglo XIX, en el año 1882, un empresario francés de nombre Jules Laundry intentó poner en funcionamiento una estructura como ésta que diera luz a toda la ciudad a partir de la quema de carbón fósil y la licuación de gas. Pese a eso, no fue este francés quien lo consiguió, pues no se pudo realizar hasta 1888 que Thomas Rosser, un ingeniero también francés y un vecino de Dénia, Agustín Aranda Casau, consiguieron llevar a cabo el proyecto.

Esto convirtió a Dénia en la cuarta ciudad española en tener un sistema de distribución de este tipo de energía, después de Madrid, Barcelona y Valencia. La causa de que Dénia tuviera este servicio tan pronto en nuestro país no fue otra que la importáncia que tenía en el comercio a nivel mundial debido a su producto estrella: la pansa. La empresa The Anglo-Spanish Gas C. L. fue quien recibió los derechos de explotación de la caldera por un periodo de 20 años. Así, pronto se creó una red de alumbrado público por gran parte de la ciudad que era alimentado con esta energía.

La Caldera del Gas fue construida en la parte más baja de Dénia, pues el gas tiende a subir, y así era más fácil transportarlo por las tuberías. Estaba compuesta por dos gasómetros (una especie de cazo invertido), uno más grande que era el que daba servicio normal y otro más pequeño que se encargaba de cubrir el servicio cuando se estaba reparando el grande. Entre estos dos se encontraba un pozo de válvulas con el que controlaban la presión para que el gas llegara a todos los sitios.

El pago del gas no era como ahora. Había dos sistemas, uno era el pago mensual, el que ahora conocemos. El otro era el pago por monedas que utilizaba la gente que menos tenía, que se basaba en ir y pagar lo que se pudiera y eso daba derecho a una cantidad limitada de gas. Esto provocaba que muchas personas no tuvieran luz permanente en casa y que solo pudieran lograrla cuando tenían un poco de dinero.

El servicio siguió dándose hasta que llegó la Guerra Civil. Por miedo a que se utilizara la caldera del gas como una bomba (pues si se tiraba un proyectil ahí provocaría una gran explosión) dejó de tener uso. Dénia perdió el servicio del gas hasta hace pocos años.

Ahora la Caldera del Gas, que está protegida, está abandonada y pese a los intentos de recuperarla y restaurarla, nunca se ha conseguido. Ahora está en manos de la administración y de los propietarios el limpiar la zona y no dejarla así.