El Ayuntamiento de Dénia acogerá esta tarde, a las 18:00 horas, un emotivo homenaje a los dianenses víctimas de los campos de concentración nazis. Un acto que se enmarca en los actos del proyecto Construint Memòria de la Generalitat Valenciana.
La consellera de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas, Gabriela Bravo, entregará un detalle-homenaje a los familiares de Asensio Vives Roselló, Jaime Crespo Vengut, Vicente Pérez Bolufer y José Ramis Grimalt, los dianenses que fueron internados en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
En el acto también intervendrán el director general de Reformas Democráticas y Acceso a la Justicia, José García Añón, y el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt.
Sus historias
Asensio Vives Roselló, Jaime Crespo Vengut, José Ramis Grimalt y Vicente Pérez Bolufer, todos ellos vecinos de Dénia, eran defensores del régimen republicano. Al finalizar la Guerra Civil Española, huyendo de una más que probable represión franquista, marcharon a Francia.
Donde buscaban refugio y una nueva oportunidad, se encontraron campos de concentración, como el de Barcalès, Argelès-sur-Mer o Herault, en los que a duras penas sobrevivieron. Pero lo peor estaba por llegar. En 1940, tras la ocupación nazi de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, los cuatro hombres fueron deportados a los campos de concentración de Mauthausen y Gusen, junto a tantos otros.
A pesar de que en las misivas que enviaban a sus familiares en Dénia intentaban camuflar las verdaderas penurias que allí vivían, tres de ellos murieron durante su internamiento en el campo de exterminio. Asensio Vives Roselló, con 45 años y tras siete meses de penalidades; Jaime Crespo Vengut, con 50 años y tras cuatro meses en el campo; y José Ramis Grimalt, que falleció a los 47 años tras resistir dos años y cinco meses.
Vicente Pérez Bolufer fue el único superviviente, liberado en 1945 con 31 años de edad, tras cuatro años y un mes de internamiento. Pero la desgracia le sobrevino al regresar a Francia, donde pereció en un trágico accidente en el año 1956. Aun hoy, su hija Teresa recuerda con emoción el encuentro en la frontera con su padre, al que apenas conocía, pues dejó España cuando ella era un bebé y se volvieron a encontrar cuando ella contaba con 11 años.
