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Carne de gato: el plato «dianense» que logró frenar la ira de la oscarizada y carnívora actriz Bette Davis

09 de mayo de 2021 - 07:50

Dénia a día de hoy es una de las ciudades más afamadas de España por su gran y variada gastronomía. No por menos se consigue ser Ciudad Creativa de la Gastronomía de la UNESCO. Su dieta mediterránea se ha sabido combinar y adaptar a otras tendencias, pero siempre abanderando productos muy nuestros y bien populares como la famosa gamba roja. Ahora bien, no siempre fue así, y en una ocasión se dio a conocer la ciudad por otro producto inusual. Un producto que maulló antes de acabar en el plato de una de las mayores estrellas de la historia de Hollywood.

Ya hace más de 60 años que se rodó la superproducción hollywoodiense con la que Dénia fue proyectada en las grandes pantallas de todo el mundo. Se trata de El capitán Jones, una obra que caló hondo en la sociedad dianense, a la que se le ha dedicado incluso una simpática estatua de cuestionable gusto.

El film, una coproducción ruso-americana, fue dirigido por John Farrow, y su reparto estaba compuesto por nombres como Robert Stack, Marisa Pavan y Charles Coburn. No obstante, entre ellos destacaba Ruth Elizabeth Davis, aunque se hizo famosa en el mundo entero con el pseudónimo de Bette Davis.

La actriz nunca fue un nombre más en los elencos en los que participó. A lo largo de su carrera fue nominada hasta en 10 ocasiones a los premios Óscar, convirtiéndose en la primera intérprete en alcanzar esa cifra y la cual solo cuatro personas han superado a día de hoy. De esas nominaciones se alzó con la estatuilla dos veces, por Peligrosa en 1936 y por Jezabel en 1939. Además, unos años antes de desembarcar en Dénia protagonizó la que seguramente fue su película más importante y con la que logró el premio a la Mejor Actriz en el prestigioso Festival de Cine de Cannes: Eva al desnudo.

Ahora bien, en los rodajes también era muy conocida por dos grandes peculiaridades, su exquisito —y carnívoro— paladar y su duro carácter, las cuales se convirtieron en un gran dolor de cabeza tanto para el equipo de rodaje como para un comerciante de Dénia.

En 1958, durante la grabación de la película, la Marina Alta sufría de una gran escasez de productos de alimentación al igual que ocurría en la todo el país. Entre estos alimentos que escaseaban se encontraba la carne de vacuno. No obstante, la actriz, que daba vida a la zarina Catalina la Grande, exigió al equipo de la película que quería comer filetes de primera durante la grabación. La discusión llegó hasta un punto en el que la artista amenazó al productor con abandonar el rodaje si no conseguían satisfacer su hambre de carne de calidad.

«En 1958, Bette Davis se comió ella sola en Dénia lo menos veinte gatos»

Según los libros de Manuel Vicent Nadie muere la víspera y Ava en la noche, se encargaba de suministrar los alimentos un tratante de ganado de la zona. A éste, asustado viendo que podía perder su trabajo, no le quedó otra que tirar de imaginación y sacar de donde fuera la carne. Ese «donde fuera» fue la comunidad gatuna de Dénia.

El tratante contrató a una cuadrilla de jóvenes que dieron caza a los animales que acabaron pasando por la parrilla, enderezados, eso sí, en una salsa que pretendía disimular su sabor. ¡Y funcionó! Según la anécdota que recoge Vicent, la actriz exclamó un «¡está exquisito!» tras el primer bocado del desafortunado gato.

La sonrisa volvió al rostro de Bette Davis y el equipo pudo respirar tranquilo. Manuel Vicent aseguró que «en 1958, Bette Davis se comió ella sola en Dénia lo menos veinte gatos», según recogió el diario ABC. Algo anecdótico y que por suerte no se encuentra ya en ningún menú de la que ahora es Ciudad Creativa de la Gastronomía de la UNESCO.

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