Entre incertidumbre y tensión al anochecer, los más hábiles con las cámaras fotográficas tuvieron durante el apagón una gran oportunidad. La capital de la Marina Alta fue la modelo perfecta para la ocasión.
Fran Martínez, fotógrafo de Dénia especializado en naturaleza, ha capturado con su destreza al municipio en momentos en los que la noche comenzaba a vencer a las horas de luz. Nuestro protagonista es «El cronista de los incendios en la Marina Alta», quien además ha realizado trabajos de documentación gráfica sobre la pandemia en Dénia.
El artista de esta historia vio la ocasión perfecta: «La noche se presentó con unas condiciones idóneas para los amantes de la fotografía. La luna nueva propició que el cielo dejase brillar a las estrellas más que nunca. Todo estuvo en calma, con una leve brisa de poniente». El fotógrafo asegura que, al igual que durante la pandemia, la gente decía que se escuchaban ruidos nada propios de una ciudad bulliciosa. «Anoche durante el apagón, con todo el mundo parado, la naturaleza también sonó mucho más, sobre todo desde donde estaba».
Fran explica de estas fotografías, que muestra en exclusiva para Dénia.com, que son «técnicamente muy complicadas». El fotógrafo dianense, que estaba pasando sus horas confinado en Calp, se desplazó hasta la ermita del Pare Pere, a las faldas del Montgó, para emprender su camino hasta la Cova de l’Aigua y lograr de este modo las instantáneas impecables.
«Trabajé con un equipo muy sensible a la luz, con objetivos especiales para este tipo de imágenes». Las luces de los coches dibujan rayajos sobre las calles de la ciudad y en alguna todavía se ve un cielo anaranjado sucumbiendo a la noche. «Tuve que trabajar con diversas exposiciones y marcar los parámetros adecuados para lograr captarlo todo». Las fotos están tomadas sobre las 22:30 horas. Poco después, a las 23:12 minutos, volvió la luz a Dénia.
«En todo el proceso hasta regresar a casa tardé unas tres horas. Fue curioso ver como desde las alturas la luz iba poco a poco volviendo a las localidades. Pude ver como València a lo lejos y Oliva más cerca ya contaban con suministro. En Dénia, algunas calles tuvieron antes que otras». El fotógrafo dianense recuerda ver puntos de luz muy fuertes, como en los supermercados o en los hoteles, mientras el resto estaba a oscuras.