Nuestra gastronomía, una manera diferente de enamorarse de Dénia

Pulpo seco, suspiros de bacalao, deliciosas ensaladas mediterráneas, embutido, salazones de todo tipo, marisco fresco, pescado de la bahía, mistela, coca María... ¿habrá algo que atraiga más que los manjares de los que, por suerte, podemos disfrutar en nuestra ciudad?

Una de las apuestas fuertes del departamento de Turismo es la gastronomía, y por ella han creado una nueva ruta que recorre la ciudad a través de los sabores.

La pasada semana, acompañados por Santi, el guía, y un numeroso grupo de turistas, pudimos disfrutar de esta ruta y redescubrir a qué sabe Dénia.

La cita era a las 11:30 en la Oficina de Turismo, donde arrancamos la mañana con una explicación sobre la historia de Dénia y de la ruta que íbamos a disfrutar. La siguiente parada: el Museo del Juguete. Ahí conocimos algo más la industria juguetera de Dénia, así como la del tren, adentrándonos poco a poco en el S.XX.

Nuestro paseo siguió por Marqués de Campo, donde hablamos del modernismo y el crecimiento de Dénia con su arteria principal, y de ahí fuimos al Mercat Municipal, la parada principal de la ruta.

En la puerta, Santi nos explicó la historia del Mercat, su pasado en la Glorieta del País Valencià, su funionamiento durante el siglo pasado y las renovaciones que ha sufrido para mejorar la infraestructura.

Era sábado por la mañana, así que el Mercat tenía más vida que nunca: personas de todo tipo, edad y condición que acuden a la Plaza a hacer la compra de la semana, buscando calidad y un trato exquisito.

Visitamos los salazones, donde pudimos probar huevas y mojama, atentos siempre a la explicación del guía y de los vendedores del Mercat, que nos trataron como si fuéramos familia. Después nos esperaban en el pescado. Joaquina nos explicó la gran riqueza de nuestro mar, y los pescados que podemos disfrutar... sin olvidar la gamba roja de Dénia, una delicia por la que todos los turistas sintieron curiosidad.

Tras visitar a Joaquina fuimos en busca de la carne y el embutido, y pudimos probar chorizo, paté y bufa hechas por el propio carnicero. ¡Delicioso!

Habías probado el salazón y la carne... faltaba algo dulce. Y la parada que nos lo ofreció fue la de Trini, que había preparado tanto cocas de la Marina como coca María, rosquillas de anís y un descubrimiento para algunos de nosotros: panou con sobrasada.

Pensábamos que ya no podíamos más... pero aún quedaban más paradas. La siguiente, los frutos secos. Y cómo no, degustamos la pasa, tan vinculada a la historia de Dénia y de la Marina Alta. Y para finalizar la extensa ruta por el Mercat, brindamos con una mistela del terreno, rica y dulce.

Aquí acababa la primera parte de la ruta. Pero aún quedaba más. Tuvimos la oportunidad de disfrutar en dos restaurantes del centro de Dénia de unas tapas preparadas especialmente para la ocasión: pulpo seco, buñuelos de bacalao, frutos secos y montaditos variados acompañados siempre por un buen vino o una cerveza fresquita.

Una manera diferente de ver Dénia, de disfrutar de nuestra gastronomía y de pasar una mañana de sábado. Una ruta altamente recomendable para turistas y dianenses, porque nunca está de más darle una alegría gastronómica al cuerpo...