Miles de personas reciben a Melchor, Gaspar y Baltasar en la cabalgata de Dénia

Hacía años que Dénia no vivía una cabalgata tan completa como la que pudimos ver en la noche del 5 de enero en las calles del centro de la ciudad.

Puntuales a su cita, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron al puerto montados en sus camellos y acompañados por música. Allí les esperaban ya cientos de personas que vieron cómo Sus Majestades montaban en las carrozas preparadas para ellos.

Unos malabaristas de fuego acompañados por un ballet abrían la cabalgata ante el asombro de las miles de personas que les esperaban en la principal arteria de la ciudad. Tras ellos algunos de los personajes favoritos de los más pequeños como Pocoyo, Bob Esponja, Buzz Lightyear o Woody, de Toy Story, saludaron al público.

El emisario real, montado en una carroza de camellos, llegó precedido de la música de Cachorras Band, y tras él, un séquito de animales. Cabras, dos bueyes de agua, los camellos de Sus Majestades, una llama y unas divertidas y obedientes ocas llamaron la atención del público.

Y por fin, el primer rey, Melchor, que estuvo ayudado por los falleros y falleras del distrito Campaments. Para acompañar al rey desfilaron las bailarinas del Estudio de Danza Patricia Sentí.

Los antorcheros precedieron la llegada de la carroza de Gaspar, que en este caso contó con la colaboración de la Filà Guerrers Hospitalaris. Las bailarinas de Babylon amenizaron el desfile de la carroza de Gaspar.

Y finalmente el esperado rey Baltasar, ayudado por la Comissió de Festes y acompañado por sus antorcheros y los bailes de Pas de Quatre. La Agrupació Artística Musical de Dénia, como es habitual, cerró la cabalgata.

La locura se desató con el reparto de caramelos entre todos los niños y niñas, y algún valiente le entregó el chupete a los Reyes para demostrar que ya son mayores.

Melchor, Gaspar y Baltasar bajaron de sus carrozas a la altura de la plaza del Consell y recorrieron a pie el tramo hasta las escaleras del Ayuntamiento, donde fueron recibidos por la alcaldesa, Ana Kringe; el concejal de fiestas, Paco Arnau, y varios concejales de la corporación municipal.

A continuación, y en orden, los Reyes Magos realizaron la adoración al niño Jesús en el Belén Viviente instalado en los soportales de la casa consistorial.

Invitados por la alcaldesa, Sus Majestades subieron al Salón de Plenos, desde donde Gaspar tomó la palabra para dirigirse desde el balcón a los niños y niñas que esperaban ansiosos su mensaje. Conscientes de que en ocasiones los niños son buenos y en otras tantas no se acaban de comportar como toca, los Reyes prometieron regalos para todos ellos en la larga noche que tenían por delante.