Manolo Catalán aboga por un programa más ligero de oficialidad y cuidar el monumento al detalle

Manolo Catalán, de la falla Centro, fue el encargado este año de pregonar a los cuatro vientos la llegada de las fallas a Dénia. Ni la lluvia ni el vendaval que se levantó en la ciudad al poco de comenzar el pasacalle amainaron las ganas de los falleros ni el mensaje del pregonero.

Con una cuidada puesta en escena, el pregón comenzó con un espectáculo de luz y mucho color en la fachada del Ayuntamiento, donde cada balcón se iluminó con el color de las once comisiones falleras de la ciudad de Dénia.

En su discurso, Manolo Catalán alabó al equipo formado por Benavente en la Junta Local Fallera, pero les recordó que las fallas tienen ganas de disfrutar de sus barrios, y solicitó un programa "más ligero de oficialidad"en el que "las horas han de estar bien marcadas". Además recordó el estado de la ciudad en estos momentos "media Dénia está levantada por las obras, y la otra mitad llena de agujeros".

A las comisiones les recordó que "el monumento es la pieza principal en la calle", por lo que pidió que le den "estima y conocimiento", que "los ninots estén lijados y bien pintados, y los carteles, por obligación, normalizados".

En la segunda parte de su discurso, Catalán dirigió palabras de cariño a las falleras mayores de Dénia, Melani y Carla. El pregonero afirmó que "la mezcla hace que la fiesta sea más bonita", y destacó las virtudes de las once comisiones de la ciudad.

Antes de finalizar, agradeció la presencia del público a pesar de la lluvia, y les recomendó divertirse y mostrar "a todos los vecinos de Dénia que las fallas son de nuestra ciudad".