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La vida ilegal de las noches de verano: el trabajo de la Policía Local por frenar el incumplimiento de la nueva y vieja legalidad

02 de septiembre de 2021 - 09:53

El agosto ha llegado a su fin. El mes más masificado de Dénia, el favorito de la mayoría de visitantes, se ha despedido para regresar el próximo año. Eso sí, con la esperanza de que el de 2022 la pandemia ya sea cosa del pasado y poder disfrutar del verano dianense en todo su esplendor. Porque el coronavirus ha limitado en gran medida la vida estival. ¿O no?

Lo cierto es que las actuaciones policiales de este agosto no reflejan una prudencia extrema a la hora de vivir el agosto de Dénia. Durante este pasado mes, la intervención de la Policía Local ha sido tan necesaria como cualquier otro verano sin pandemia. De hecho, se podría decir que ha sido más necesaria, si cabe, ya que han tenido que lidiar con las nuevas normativas y limitaciones que imponían las restricciones sanitarias de la Generalitat.

La capital de la Marina Alta ha sido uno de los municipios valencianos que ha arrastrado durante semanas una restricción a la movilidad nocturna que no existía hace un año (y no digamos en la era pre-pandemia). Esto implica un esfuerzo extra de las patrullas para controlar que se cumple esta nueva y perecedera ley. De hecho, según las cifras facilitadas por la Policía Local desde el 5 de agosto, se han abierto unas 175 denuncias por incumplir el toque de queda.

Agosto ha estado muy vivo, y en las calles se ha dejado notar. Por el día, Marqués de Campo, playas, terrazas, todo ha gozado de un lleno casi idéntico a 2019. Pero por la noche, pese al toque de queda que la mayoría de personas han cumplido a rajatabla, si querías buscar vida también la encontrabas. De ahí las cifras tan altas de denuncias.

Botellódromos de arena con el sonido de las olas de fondo

¿Dónde estaba la gente cuando todo se encontraba confinado desde la madrugada? Mayormente en la playa. Ha sido uno de los puntos preferidos para aquellos que han querido desoír las normas y saltarse el toque de queda creyéndose a salvo de ser descubiertos. Pero lo cierto es que la mayoría de veces no les ha servido de mucho. Ha sido un agosto de carreras huyendo jóvenes del lugar en el que se encontraban al ver que la policía los había hallado. ¿Y qué hacían? Además de varios actos vandálicos que se han registrado, como papeleras abiertas y volcadas, intentos de entrar en puestos de Cruz Roja y la quema de una silla de proximidad, sobre todo se dedicaban a ingerir alcohol y dejar toda la suciedad detrás.

El botellón ha sido una práctica habitual de las noches de agosto, suponiendo más de 55 denuncias durante ese mes. Prácticamente todos los días la policía ha tenido que intervenir para desmantelar estas quedadas ilegales. Y con independencia al día de la semana que sea, pues es fácil pensar que la mayoría se producían entre el viernes y el sábado. Lo cierto es que no, que entre semana se han producido más denuncias, teniendo el récord el jueves 26 cuando se abrieron 20 actas de sanción.

Las quejas por molestias también han sido diarias, habiendo atendido 158 quejas vecinales durante el mes y denunciando a unas 68 personas por tener la música alta o alterar el descanso de los vecinos de otra forma.

Ahora agosto ha terminado y todo apunta a que a partir de la próxima semana las noches volverán a ser lo que eran. Pero no se puede negar que, aunque no ha sido el caso de la mayoría, movimiento ha habido durante el verano nocturno.

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