Durante la rueda de prensa de ayer en la que el CEE Raquel Payá presentó la nueva edición del evento INCLOU-ME, su director, Miquel Ivars, también tuvo tiempo para hablar del proyecto del nuevo centro cuya construcción esperan que se apruebe durante el próximo pleno.
Se trata del proyecto más ambicioso del Pla Edificant del actual gobierno, con el que trabajan en la modernización y ampliación de ciertos espacios de los centros educativos de Dénia, La Xara y Jesús Pobre. Algunas de estas obras ya están muy avanzadas, pero otras todavía se encuentran en la fase más burocrática. Una de ellas, de las más esperadas, es la de la construcción del nuevo edificio para el Raquel Payá.
Ivars se siente muy optimista y contento con la idea, de la que sí pide que tengan en consideración la participación del centro para tomar decisiones sobre su construcción, ya que nadie mejor que ellos conocen las necesidades de su alumnado. «Hemos estado desde el principio participando en el proyecto, pero nos gustaría tener acceso al documento», declaró.
Las nuevas instalaciones, cuya construcción tendrá un presupuesto de más de 6 millones de euros, se ubicarán en los viveros municipales, en Partida Negrals. Una zona ciertamente más alejada del casco urbano que el actual edificio, pero que desde el Ayuntamiento les han asegurado que en el futuro tendrá mayor movimiento y mejor acceso ya que será en frente donde planean la construcción de un posible IES 4.
En el próximo pleno se aprobará la propuesta de delegación de competencias por parte de la Conselleria de Educación y la dirección del CEE Raquel Payá espera poder disfrutar de sus instalaciones durante el curso de 2021-2022, aunque el alcalde no se mostró tan optimista al insinuar hace unos días que no vería abrir sus puertas durante esta legislatura, pero sí arrancarían las obras antes de acabar el mandato.
La idea de la creación de las nuevas instalaciones no atiende a aumentar el número de plazas, pues éstas se verán incrementadas solo en 20 o, como máximo, 40. La principal motivación de esta construcción es lograr un edificio sin las actuales barreras arquitectónicas que ponen trabas al día a día de sus alumnos. Ivars admite que está muy contento con el actual edificio pero son esas barreras las que les obligan a disponer de un lugar más seguro para acoger a sus estudiantes. «Primero se busca un cambio cualitativo y después ya uno cuantitativo».