El confinamiento para parar la epidemia del coronavirus ha obligado a parar gran parte de la economía nacional pero sigue habiendo profesionales cuya labor es imprescindible estos días. Además de la ya reconocida labor del personal sanitario, en primera línea luchando contra el COVID-19, o la de los trabajadores de supermercado, héroes casi sin pretenderlo, también hay otros profesionales que no tienen más remedio que salir a la calle todos los días, entre ellos los repartidores de productos farmacéuticos.
Ese es el caso de Fran Marín, repartidor de las farmacias de la zona, que nos cuenta cómo ha cambiado su trabajo en el último mes: “Yo me dedico a repartir únicamente a farmacias pero en los últimos días nos están pidiendo que suministremos en hospitales y laboratorios… De trabajar 8 horas, estamos teniendo que hacer hasta 13 para que llegue el material lo antes posible”.
Aumentan los pedidos de alcohol para preparar geles desinfectantes caseros
Aunque no llega todo el material que se espera como comenta Marín, “hace casi una semana que no llegan mascarillas, geles sí que suele haber” pero destaca que “nos están pidiendo mucho alcohol porque la gente está intentando hacer sus propios geles desinfectantes”.
Por suerte las medidas de protección llegaron desde el primer momento a su empresa. “Desde que empezó esta situación cada día nos dan una mascarilla y unos guantes nuevos y disponemos de un gel desinfectante para utilizarlo cada vez que entramos y salimos de una farmacia”, nos cuenta.
Antes respeto, ahora miedo
Hasta ahora Fran nos reconoce que “sentías respeto pero no miedo al contagio”. Sin embargo, las cosas han cambiado un poco en los últimos días. “Esta semana por primera vez he sentido miedo porque una de las farmacias en la que reparto todos los días está cerrada y todo su equipo en cuarentena”.
Además, advierte de que “los jóvenes son mucho más conscientes de la situación que las personas mayores” y añade, “no hay día que no me encuentre con personas mayores en las farmacias yendo a por sus medicamentos”.
La situación es límite pero su trabajo es esencial. Sin ellos, los repartidores de productos farmacéuticos, no llegarían mascarillas, guantes o geles desinfectantes a las farmacias, hospitales y laboratorios, material indispensable para que no se siga propagando el coronavirus.