Un joven de 23 años, vecino de Silla, fallecía el viernes a mediodía en la playa de Dénia, a la altura de las Brisas, donde se econtraba de vacaciones con su familia. Todo transcurría con normalidad en una mañana en la que el joven disfrutaba de la playa con sus padres, hasta que decidió meterse en el agua para un baño, momento en el que sucedió la tragedia.
A los pocos minutos los padres vieron el cuerpo de su hijo flotando y acudieron en su rescate, pero a pesar de su rapidez, de la ayuda de unos turistas médicos y de la intervención de efectivos de Cruz Roja y SAMU, que durante 40 minutos intentaron reanimarle, nada se pudo hacer por su vida.