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Entrevista a Josep Vicent Giner, organista y clavicordista

25 de octubre de 2010 - 00:00

Texto: Amparo Sevilla
Fotografías: Foto Guillén

Josep Vicent Giner (Dénia, 1970) es organista, clavicordista y el director artístico del ciclo de conciertos Dénia-Clàssics, que se desarrolla en Dénia de enero a abril dentro de la programación de la concejalía de Progreso Cultural del Ayuntamiento de Dénia, y del prestigioso Festival de Órgano de Pedreguer que este año ha celebrado su edición número catorce. Actualmente Josep Vicent Giner combina la tarea docente como profesor de órgano en el Conservatorio de Música de Valencia con una intensa actividad concertística por todo el país y el resto de Europa, uno de los pilares de su vida, según nos confiesa: “Porque tocar es lo que mantiene la llama viva de la creación y de la interpretación”.

La atracción por la música, y especialmente por el órgano, surgieron cuando J.V. Giner era tan solo un niño: “Recuerdo que de pequeño iba con mis padres a la iglesia de la Asunción y cuando escuchaba tocar ese instrumento –que aún hoy se conserva- en mí todo vibraba. Aún hoy no entiendo cómo sentir un órgano me puede producir esa conmoción interna”. Inició sus estudios musicales con Josep Sendra en la academia de la Agrupación Artística Musical de Dénia, tocando la flauta travesera y un día, en la iglesia, conoció de manera fortuita a quien fue su primer maestro de órgano, el holandés Rynko Ottes, profesor y director de orquesta jubilado que residía en Dénia.

A los 18 años Josep Vicent Giner se traslada a Barcelona para cursar estudios en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, bajo la dirección del Catedrático de órgano Josep Mª Más Bonet, donde obtiene el título de profesor Superior de Órgano con Premio de Honor en Grado Medio y Premio Extraordinario de final de carrera. Posteriormente realiza los estudios de clavicordio en el Conservatorio Superior de Música de Murcia, con el profesor Javier Artigas, y los finaliza consiguiendo el título de Profesor Superior de Clavicordio con las máximas calificaciones.

Antes de finalizar los estudios superiores, Josep Vicent Giner había viajado a Holanda en diversas ocasiones, aprovechando las vacaciones de verano. “Allí me empapaba de aquel ambiente musical europeo, de conciertos, de orquestas sinfónicas, música de cámara y sobretodo mucha música de órgano, porque Holanda es el paraíso del órgano”. Según nos explica, Holanda tiene una tradición histórica de música de órgano, especialmente por lo que representa este instrumento dentro del mundo evangelista o luterano: “En el mundo protestante, aún hoy por hoy, el órgano diríamos que es el comentarista, el que preludia la palabra sobre la que va a versar la liturgia, es imprescindible la figura del instrumnto como soporte del cantante, como algo entonado y una enfatización de lo que dice la palabra”.

Cuando finaliza los estudios en Barcelona, en 1993, Josep Vicent Giner se marcha a Viena como becario de la Generalitat Valenciana, del Ministerio de Asuntos Exteriores Español y del Gobierno Austríaco. En la ciudad de Vienda estudió durante tres años en la Facultad de Música y Arte dramático órgano con Michael Radulescu, uno de los más grandes maestros que ha habido en el siglo XX, y dirección de orquesta con el profesor Karl Österreicher. Se gradúa en junio de 1995 con distinción honorífica y una año después obtiene el grado académico de “Magister Artium” de la Universidad de Viena, con la calificación de Cum Laude.

Josep Vicent Giner mantendría el contacto con Viena años después de acabar los estudios, “porque la vida, la mentalidad y la sensibilidad por el arte no era la misma allí que aquí”. “Las cosas –continua- han cambiado mucho desde los años 90 hasta ahora, afortunadamente, pero no obstante, en un país como ése hay una efervescencia musical tan bárbara… En Viena diariamente hay dos óperas y puede ser que el mismo día, a la misma hora, hayan quince conciertos!”.

A lo largo de su carrera ha conseguido numerosos premios y distinciones, como el segundo premio en el “Concurso Nacional de Jóvenes Intérpretes de Juventudes Musicales Españolas”, realizado en Sevilla en 1992; el “Premio al Mérito Artístico del Ministerio de Ciencia y Cultura Austríaco”, en 1996; y en 2007 le fue concedida la medalla de plata de la Fundación Jaime II el Justo.

La actividad concertística de Josep Vicent Giner comenzó durante la etapa de estudios en Barcelona, y desde 1996 se promociona “allí donde tenga un incentivo y pueda presentar mi arte”. Ofrece conciertos regularmente en España y el resto de Europa como organista y clavicordista solista, con programas de música renacentista, barroca, romántica, de cámara y contemporánea y el estreno de compositores como Armando Blanquer, Gordon Lawson y Josef Lammerz.

Josep Vicent Giner ha tocado en ciclos de música importantes celebrados en la Catedral de la Almudena de Madrid, Zaragoza, Sevilla, Pedreguer, Callosa dèn Sarrià…, en salas de conciertos como el Palau de la Música de Valencia, en Santiago de Compostela, en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el de la Iglesia de los Venerables en Sevilla, “órganos históricos fantásticos como el que hay en un monasterio de monjas benedictinas que se llama San Paio Ante Altares (Santiago de Compostela)…”. “Pero sin duda el que me gusta tocar especialmente es el órgano de Pedreguer, porque este instrumento corresponde a mis ideales”.

El órgano de Pedreguer al que se refiere se encuentra en la iglesia de la Santa Creu, donde llegó gracias a la donación de una familia de industriales. “Es un instrumento muy bonito, de madera, una obra casi de orfebrería”, explica Josep Vicent iner. “Instrumentos como este se hacen específicamente, cada madera es diferente y se tiene que tratar y sentir como suena. So lleva un proceso creativo y artístico, porque después el instrumento tiene que transmitir esa energía, un sonido puro, poético y después ha de ser el puente entre la expresión del instrumentista y la percepción que hace el oyente. Eso, por mucho que se esmeren en las fábricas, el procedimiento industrial hiela esa emisión del sonido”.

Para darle vida y sentido a este instrumnto, Josep Vicent Giner organiza, desde el año 1997, el Festival Internacional de Órgano de Pedreguer, un ciclo que cuenta con la participación de formaciones vocales instrumentales y diversos solistas de nivel internacional, que, junto al órgano, ofrecen un variado repertorio de obas que comprenden más de cuatro siglos de música. Sobre el ciclo, que este año se ha celebrado entre el 1 y el 29 de octubre, Josep Vicent Giner destaca que “anualmente tenemos una gran cantidad de audiencia, muchos de ellos turistas europeos que buscan un momento artístico de deleite para el espíritu”.

Entre otros festivales en lo que interviene, Josep Vicent Giner destaca los que organiza Cajastur en Asturias. Precisamente en Asturias, y concretamente en Avilés, se desplazará en breve para inaugurar el órgano de Santo Tomás de Canterbury, la iglesia más grande que hay en el centro del municipio. También ha tocado mucho en la Catedral de Oviedo, y ha sido invitado en numerosas ocasiones a la Quincena Musical Donostiarra.

Dentro de la actividad concertístics, también cabe destacar que Josep Vicent Giner es miembro de diferentes agrupaciones camerísticas, ha actuado con la Orquesta de Valencia y la Real Filharmonía de Galicia y ha ido de gura con algunas orquestas europeas. En 2011 tiene previsto actuar en Italia y Alemania.

En cuanto a la discografía, el último trabajo de Josep Vicent Giner aún no se ha publicado. Se trata de un disco que ha grabado este verano en Oion (La Rioja), el primero de la colección “Órganos de Euskalerria”. Además tiene otros seis discos, de órgano solista y jusnto a formaciones como el Coro de la Generalitat Valenciana, el Coro de la Vila, con los trompetistas Ernesto Chulià y Antonio Cambres; y ha realizado grabaciones para Radio 2 Clásica, Canal 9, Catalunya Música, WDR 3, etc.

Cerramos esta entrevista hablando de las ambiciones y deseos de Josep Vicent Giner: “Me gustaría que se construyeran más instrumentos –como el órgano- en muchos lugares donde se pueden hacer muchas actividades; relanzar la actividad de mis alumnos, porque mucha gente viene a estudiar y quiere tener expectativa profesional, que siempre la hay, se trata de saber el momento y de poder lanzarla… el Sol sale todos los días, y sale para todos, aunque unos pocos no lo quieran siempre hay un camino para encontrar las cosas”. “También me gustaría tener una fundación propia donde poder dar forma a muchas ideas, dar camino al lenguaje actual y contemporáneo y poder estrenar obras de muchos compositores que escriban la historia de nuestros tiempos”.

1 Comentario
  1. Toni Mateu dice:

    Magnífico organista, magnífico profesor y gran persona. Un abrazo, Josep Vicent y sigue así.


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