El Convento de San Antonio, Patrimonio de la Marina Alta

Hoy es una plaza peatonal que ha cambiado su fisionomía para convertirse en uno de los puntos de encuentro de cada tarde de madres, padres, niños y niñas que acuden a catequesis en la Iglesia, pero la historia de la Plaza del Convento se remonta cuatro siglos atrás, cuando entre las murallas orientales de la ciudad y el mar se construyó el Convento de San Antonio.

El Duque de Lerma, V Marqués de Dénia, ha estado muy presente durante 2012 en la ciudad por ser uno de los artífices de la consecución del Título de Ciudad de Dénia hace ya 400 años. Y fue precisamente él quien, en el S. XVII, y coincidiendo con la época de esplendor y renovación urbana de la ciudad, financió la construcción del Convento de San Antonio de Padua.

En 1587, el Consejo General de la Ciudad solicita la creación de un Convento de Franciscanos que sería dotado de rentas por el Marqués de Dénia para su sustento y encomendado a la Orden de Recoletos de San Francisco.

El convento fue construído sobre los restos de la ermita de la Mare de Déu dels Desemparats. Por aquel entonces sirvió de residencia para 24 religiosos.

La iglesia, tal como el resto de dependencias del complejo conventual, fueron parcialmente destruidas en la Guerra de Sucesión. Tras décadas de obras de reconstrucción, en 1743, la iglesia se abrió de nuevo al culto. Arruinada de nuevo en la Guerra del Francés fue nuevamente reconstruida. En la guerra civil de 1936 perdería buena parte de su patrimonio mueble.

Hoy en día, los restos del convento forman parte de las dependencias de la Parroquia, y albergan las aulas en las que se imparten catequesis y reuniones del grupo Juniors.

Sin duda, merece la pena acercarse a esos restos y conocer el patrimonio cultural que alberga la ciudad. Tocar las piedras, sentir su historia y acercarse, casi sin querer, a aquellos años de esplendos renacentista en los que Dénia era una de las ciudades más importantes del Reino de Valencia.