Cada 1 de diciembre, el Hospital HLA San Carlos de Dénia conmemora el Día Mundial del SIDA, una ocasión para analizar, desde la perspectiva médica, los avances alcanzados en el tratamiento del VIH, los retos que persisten y los objetivos por cumplir. En 2022, 39 millones de personas vivían con VIH.
A pesar de los importantes progresos en tratamientos, aún se registran 1,3 millones de nuevas infecciones anualmente. Desde su aparición, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha cambiado radicalmente el panorama de la salud pública mundial. Este día subraya la importancia de continuar avanzando en investigación, prevención, diagnóstico precoz y tratamientos efectivos para combatir esta epidemia.
“El VIH es un retrovirus que compromete el sistema inmunitario, dificultando la capacidad del organismo para combatir infecciones y enfermedades. Si no se trata, puede evolucionar al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), una condición grave caracterizada por infecciones oportunistas y algunos tipos de cáncer. Aunque no existe una cura definitiva, los avances en tratamientos han mejorado drásticamente el pronóstico de quienes viven con esta infección. Detectarlo a tiempo mediante pruebas de diagnóstico es esencial para iniciar el tratamiento adecuado y evitar la progresión del virus. Entre las pruebas más comunes se encuentran los análisis de anticuerpos, pruebas de antígenos y métodos avanzados como la PCR, que detecta el material genético del virus”, detalla el Dr. David Vaño, especialista en medicina interna del Hospital HLA San Carlos de Dénia.
El desarrollo de los tratamientos antirretrovirales (ARV) ha marcado un antes y un después en el manejo del VIH. Estas terapias suprimen la replicación del virus, ayudando a restaurar la función inmunitaria y reduciendo la carga viral a niveles indetectables. Esto no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también reduce el riesgo de transmisión.
Desde una perspectiva médica, la prevención del VIH se basa en estrategias probadas como el uso correcto de preservativos, la educación sexual y las pruebas regulares. Herramientas como la profilaxis preexposición (PrEP) y la profilaxis postexposición (PEP) han demostrado ser altamente eficaces en la prevención de infecciones en contextos de alto riesgo.
Asimismo, es crucial prevenir la transmisión vertical del virus (de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia). Gracias a los antirretrovirales administrados tanto a las mujeres embarazadas como a sus recién nacidos, este tipo de transmisión se ha reducido significativamente en muchas regiones.
El desarrollo de una vacuna contra el VIH sigue siendo un desafío prioritario para la comunidad médica. Aunque los ensayos clínicos han presentado dificultades, algunos estudios recientes han mostrado avances alentadores en inmunización. A la par, la investigación en terapias genéticas y estrategias para la erradicación viral está en pleno desarrollo, incluyendo casos documentados de curas funcionales a través de trasplantes de médula ósea.