El Ayuntamiento de Dénia sigue luchando contra los propietarios de animales domésticos que no cuidan su entorno. A la campaña iniciada hace unas semanas bajo el nombre Dénia sin cacas se une ahora algo ya anunciado por el concejal de Gobernación, Javier Scotto: el aumento de las sanciones a los propietarios que no recojan los excrementos.
El pleno del próximo jueves aprobará que las sanciones pasen de 200 a 400 euros para aquello propietarios que no ayuden a mantener limpias las calles de la ciudad recogiendo las defecaciones de sus perros, aplicando un 50% de descuento a quienes la paguen de inmediato. La ordenanza municipal considerará grave "ensuciar y no limpiar las deyecciones de los animales de compañía en los espacios públicos", así como "llevar animales de compañía en espacios públicos sin ser conducidos mediante correa o cadena, salvo autorización".
Scotto considera esta medida "necesaria y complementaria a la campaña de concienciación iniciada hace un par de semanas", y ha recordado que la semana que viene estarán ya señalizadas las zonas cero de la ciudad y los dispensadores de bolsas que serán de especial vigilancia por parte de la policía local.
El pleno del próximo jueves aprobará inicialmente la modificación de la ordenanza municipal de convivencia ciudadana. Esta modificación deberá ser publicada en el tablón de anuncios de l’Ajuntament y en el boletín oficial de la provincia de Alicante por plazo de 30 días. Transcurrido dicho plazo, sin que se presentaran alegaciones se entenderá definitivo el acuerdo inicialmente acordado. Si se presentaran alegaciones deberán ser objeto de resolución y posterior sometimiento a acuerdo plenario.
Loable iniciativa municipal. No creo que nadie disienta de tal ordenanza. Lo que notamos en falta es que no se emplee el mismo celo en sancionar los comportamientos análogos o parecidos de ciudadanos sin mediación de ningún animal doméstico.Seguro que casi todos estamos cansados de ver nuestras aceras invadidas de desperdicios inequívocamente humanos y sin justificación ninguna. Seguro que una ordenanza que reprima tales conductas con la misma rectitud sería bien recibida también, y a los dueños de animales domésticos nos reconfortaria por aquello del agravio comparativo.