Safir Malonda y Martina Gimeno han dejado este fin de semana sus cargos como Fallera Mayor y Fallera Mayor Infantil, respectivamente, de Dénia. No obstante, no quedarán como unas Falleras Mayores más. Ellas han vivido las fiestas de la pandemia, teniendo que sobreponerse a las decisiones más difíciles y alargar su mandato para seguir "sufriendo" un sinfín de malas noticias hasta finalmente llevar a cabo la segunda y definitiva Crida, tres años después de recibir las llamadas que cambiaron sus vidas. Y todo esto siempre con la sonrisa que ha dado fuerzas y aunado a las 11 comisiones de la ciudad.
En 2019 ambas descolgaron sus teléfonos llenas de ilusión. Al otro lado, una voz les anunció aquello que tanto esperaban: iban a ser las Falleras Mayores de Dénia del ejercicio 2019-2020. Los meses siguientes realizaron los actos protocolarios como todas las que ostentaron sus cargos antes que ellas. A finales de año se empezaba a escuchar algo de un virus en China que ponía nerviosos a los epidemiólogos de medio mundo. «Exagerados», pensábamos. A lo largo del primer trimestre de 2020 las noticias fueron empeorando, pero nadie esperaba lo que se iba a anunciar ese marzo.
Con la Crida de las Fallas 2020 ya hecha, leído el pregón y celebrado el Sopar del Germanor (entregándose incluso los primeros premios), Safir y Martina reciben la noticia que conmocionó a todos los participantes de las fiestas. Iban a suspender las Fallas. Safir, de hecho, participó en la reunión que se llevó a cabo en el ayuntamiento de Dénia en la que se anunció a todas las comisiones esta decisión que afectaba a la Comunitat al completo. Un duro golpe que quedó eclipsado cuando un par de jornadas después empezaron a cerrar todo, y a encerrarnos a todos.
Nadie sabía qué pasaría con las fiestas. Alguien propuso hacerlas en verano, sin apenas haber dado tiempo a conocer lo que significaba esta pandemia. Cuando parecía ya imposible que se celebraran en 2020, comenzaron las insinuaciones de si los cargos, incluyendo ellas dos, debían renovarse para dar paso a otros representantes. Ambas falleras decidieron aguantar a la espera de poder celebrar las fiestas que merecían.
Han vivido un cambio de presidencia en la Junta Local Fallera, vivieron los enfrentamientos entre municipios y falleros para decidir si se celebraría unas pseudofallas en septiembre de 2021, y vieron cómo otras poblaciones quemaron sus monumentos mientras ellas, como los ninots de Dénia, seguían esperando.
La espera dio sus frutos. Cierto es que las Fallas que se les debía llegaron pasadas por agua, pero también es verdad que las pudieron celebrar "como antes". Las restricciones eran mucho más leves que las de septiembre de 2021 (en las cuales tampoco se quedaron cortos de agua) y la fiesta no tuvo casi ningún impedimento, gozando de la mejor situación sanitaria desde 2020.
Entre lágrimas, el 19 de marzo Safir y Martina prendieron la mecha que convirtió su monumento en cenizas. Ahora se les ha rendido el homenaje en Dénia que merecían, despidiéndolas para dar paso a las nuevas Falleras Mayores. Eso sí, difícilmente se les olvidará, pues han sido piezas clave de un momento histórico. Y, como tal, serán por siempre parte de la historia de las Fallas de Dénia.
