Dénia ha vivido un nuevo capítulo de la larga historia de desencuentros entre la ciudad y su Plan General Estructural. ¿Un capítulo definitivo? Al menos, desde el gobierno esperan que si no lo es, sí sea decisivo. Desde gran parte de la oposición, no obstante, tienen serias dudas.
El Ayuntamiento de Dénia ha aprobado este jueves en el pleno ordinario de noviembre el «PGE definitivo» [sic] únicamente con los votos de PSPV y Compromís, y la abstención de Ciudadanos. La concejala de Urbanismo, Maria Josep Ripoll, ha defendido este nuevo paso del plan que podría iniciar la recta final para la aprobación definitiva del PGE, esta vez ya desde Conselleria.
Ripoll ha señalado que se trata del plan de todos y todas, el de una ciudad que ha aprendido de su pasado y que ahora está implicada con el futuro. En éste se aprecia el cambio de paradigma actual, con grandes diferencias respecto a los planes anteriores. «No es un plan de impulso económico, sino el documento donde se plasma el modelo de ciudad en la que queremos vivir», subrayaba la edil socialista. «Se entiende ahora el territorio como un recurso, con su propio valor por sí mismo».
Un plan para un crecimiento limitado
Para ejemplificarlo, ha destacado que las hectáreas de suelo urbanizable de este nuevo PGE rondan las 109, mientras que en el plan de los noventa se contemplaban 900. Es decir, 800 hectáreas menos de uso residencial, con las que se contempla un tope de crecimiento de la población en 50.000 habitantes, como máximo.
Además, Ripoll se ha mostrado orgullosa del carácter participativo del proceso de creación del documento. «Se ha elaborado en espacios colaborativos y no en despachos cerrados». De hecho, el PGE ha estado expuesto al público durante más de 120 días hábiles y se ha dado respuesta, de momento, a más de medio centenar de alegaciones.
La oposición, temerosa de las consecuencias judiciales
Tras la exposición inicial, ha llegado el turno de la oposición, que se ha mostrado muy pesimista con respecto a las futuras consecuencias que pueda acarrear presentar un plan que consideran poco sólido. ¿El motivo? Como señalaban Gent de Dénia, Partido Popular y Ciudadanos, la aprobación de los informes que quedan pendientes no está asegurada, lo que podría suponer un retroceso en lugar de un avance.
Mario Vidal, portavoz de Gent de Dénia, ha puesto sobre la mesa uno de los grandes problemas del PGE: que existen tres informes que no son favorables. «Cantan victoria, pero pasará el tiempo e igual no se aprueba», criticaba Vidal. «O igual se aprueba y acaba en los juzgados». Gent de Dénia ha indicado que un plan incorrecto puede provocar pleitos muy costosos para las arcas dianenses, lo que ha servido a Ripoll para insistir en el carácter adaptativo de éste como respuesta de las posibles responsabilidades que vayan a llegar en el futuro. «Si tenemos un plan, al día siguiente de aprobarlo se puede modificar», declaraba la portavoz de Urbanismo. Además, ha recordado que el Ayuntamiento ya está haciendo frente a denuncias millonarias desde 2015, llevando 20 millones gastados procedentes, en su mayoría, de recompras de excedentes de aprovechamiento.
Desde Ciudadanos, Estefanía Schwamb también mostraba dudas sobre si el plan está correctamente elaborado. «No nos podemos oponer porque es algo muy importante para Dénia», defendía. «El problema es que según los profesionales la tramitación de este plan es nefasto».
María Mut, líder del PP, iba un paso más allá y pedía dejar sobre la mesa este punto hasta que tuvieran los informes que faltaban por aprobar, lo cual apoyaron tanto desde GdD como desde Cs. No obstante, la negativa de Compromís y PSPV, así como su voto a favor de la aprobación, ha provocado que salga adelante el PGE, quedando ahora pendiente de los informes restantes y la aprobación definitiva desde la Generalitat. «Ahora hay que esperar a que Conselleria no se duerma», intervenía el portavoz de Compromís, Rafa Carrió.
