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Del corazón del periodismo comarcal a una sucursal bancaria más: el centro evoluciona

03 de marzo de 2021 - 09:48

Parece mentira pero Dénia sigue cambiando a un ritmo vertiginoso. Cada poco tiempo, si echamos la vista atrás el paisaje de la ciudad se vuelve irreconocible comparado al que actualmente vivimos, pese a que esta evolución pueda pasar inadvertida.

Constantemente recordamos locales que siempre nos han acompañado y que ahora se transforman en negocios muy diferentes. Algunos incluso son erradicados, derribados y olvidados. Las calles también se transforman, pues el callejero poco tiene que ver con el de hace 20 años. Pero, al fin y al cabo, son cambios acordes a las nuevas costumbres y necesidades.

No obstante, parece que el centro se ha resistido durante tiempo a dar el salto y evolucionar. En breve veremos las nuevas plaza Valgamediós y Tenor Cortis, y ya podemos pasear por el renovado carrer Major, pero Marqués de Campo y la Glorieta del País Valencià parecen seguir inalterables. Al menos en cuanto a estética.

Pero los días están contados.

La Glorieta ha pasado por una serie de cambios y de ella han desaparecido elementos que creíamos eternos, como los quioscos. Además, pronto se dará a conocer el proyecto para renovar la distribución y, seguramente, estética de una plaza que sigue siendo "de otra época".

Un lugar testigo de múltiples cambios a su alrededor, siendo el corazón de la ciudad en todos los sentidos, por lo que fue elegida para acoger grandes acontecimientos de nuestra historia.

En su entorno todo parece igual, pero los cambios se dan. Uno de los edificios emblemáticos de sus alrededores albergó La Casa del Arrós, un referente gastronómico de Dénia en el momento que menos se promocionaba el sector. Y éste, a su vez, fue el escenario de la inolvidable Tertulia de l'Arrós organizada por Radio Dénia, donde se reunían los principales rostros del periodismo, la política y el empresariado comarcal para debatir sobre la actualidad más cercana.

Un formato de éxito que arrancó su andadura a mediados de los 90 y persistió durante años, dando más prestigio al edificio donde se grababa y a la Glorieta por donde pasaron cada uno de los que ahí participaban. Un recuerdo del pasado el cual peligra, pues ahora esos espacios que lo acogieron también quedarán en eso: recuerdos. La Glorieta pronto cambiará, pero antes ya lo está haciendo el edificio que fue la sede de las conocidas tertulias, abrazado estos días por contenedores de obra.

Sus entrañas se están vaciando para dejar solo el esqueleto, y lo que fuera antes una de las sedes más importantes del periodismo comarcal se convertirá en otra sucursal bancaria más.

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