El colegio de educación especial Raquel Payá tiene actualmente 60 alumnos, cada uno de ellos con unas necesidades específicas. Seis de ellos se alimentan mediante Botón Gástrico, un sistema que únicamente pueden gestionar personal de enfermería o los propios familiares. Además, muchos de los alumnos del centro tienen que tomar medicación a la hora de la comida. Otros tantos, debido a su perfil psiquiátrico, pueden necesitar medicación urgente en cualquier momento... Y para todos ellos solo existe una enfermera disponible en el centro.
Es por ello que desde el AMPA del centro se ha solicitado una reunión urgente con la Dirección-Gerencia de Marina Salud para solicitar un refuerzo en el servicio de enfermería actual del centro. Según afirma la actual enfermera, Natalia García, se hace necesario el apoyo de una persona entre las 11:00 de la mañana y las 16:00 horas, el momento más crítico del día.
Desde el AMPA del colegio consideran que este refuerzo "es muy necesario ya que durante los últimos cursos se ha incrementado la carga de trabajo de nuestra enfermera de manera notable al haber escolarizado el cole alumnos que requieren cuidados especiales por su delicada salud y haber aumentado la necesidad de cuidados en otros".
Asimismo tildan esta reclamación de "justa" tanto para el servicio de enfermería como para los alumnos. Según explica la enfermera del colegio, el ritmo actual de atención a los alumnos, que constituye su prioridad, le impide mantener reuniones con las familias o asistir a las comisiones, entre otras cosas.
El aumento de las necesidades médicas de los alumnos del centro ha obligado también a cambiar la zona de enfermería a dos aulas con perfil asistencial, un espacio más amplio para poder atender las necesidades de todos ellos, al menos hasta que les trasladen al futuro nuevo colegio.
La tendencia indica que el centro acogerá año tras año a alumnos con mayor demanda asistencial, por lo que la situación se hace crítica para el alumnado, sus familiares y el propio servicio de enfermería.
