Sibylle Schorlemmer es una fotógrafa alemana criada en Altea que ha recorrido el mundo con su cámara analógica en la mano y cuyas obras se centran en retratar a las mujeres de los lugares a los que ha viajado. La profesional explica su trasfondo: «Valoro a las mujeres en mis imágenes con respeto y admiración a la gran fuerza que tienen en la sociedad».
A menos de una semana para el 8M, Schorlemmer ha inaugurado la exposición «Mujeres del Mundo» en el Centro de arte l'Estació de Dénia. En ella se puede observar el trabajo de una vida que ya se ha mostrado en exposiciones de Alemania, España y Noruega.
La vena artística le viene de familia. Su padre, Eberhard Schlotter, era pintor y fue quien educó a Sibylle a ver los colores, las sombras y la luz cuando vivían en la costa mediterránea (llegaron a Altea en 1956). «También me inspiró mi abuelo por parte de madre), ya que era arquitecto y tomaba fotos de edificios alrededor de 1910, eran fabulosas. Él me las enseñaba y yo las admiraba», explica.
Schorlemmer comenzó su carrera como fotógrafa en los años 70, cuando todavía predominaban los hombres en la profesión. «En aquella época empezaron a salir fotos hechas por mujeres en las publicaciones, pero la mayoría seguían siendo de fotógrafos», dice. La alemana estudió en la Escuela de Fotografía de Múnich y después trabajó cuatro años como fotógrafa de moda en Lux Foto Studio en Frankfurt.
«Me hubiera gustado ser fotógrafa de moda», admite, pero se tuvo que mudar porque el hombre con el que estaba casada por entonces consiguió una beca para ir a Inglaterra como científico. Sin embargo, Sibylle se ha recorrido los cinco continentes en diferentes viajes y ha conseguido captar la esencia de las mujeres en cada uno de ellos.
Historias de fotógrafa
Cuando Sibylle ve de nuevo las fotografías que capturó hace años siente «una gran satisfacción de lo que ha vivido» y muchas de ellas tienen historias detrás.
La fotógrafa recuerda una de las que más le impactó: «En mi viaje a Bolivia en 1976 tomé una foto de una mujer sentada en unos trapos vendiendo legumbres, lo poco que tenía, en un mercado. Me dijo que tenía un bebé que me quería regalar porque con nosotros tendría mejor vida. No lo olvido nunca. En Bolivia ese año murió el 40 % de los niños de tuberculosis», lamenta.
Otras historias son graciosas, como la vez que una mujer se enfadó al tomarle una fotografía de imprevisto: «Casi me tira el melón que llevaba», confiesa Sibylle entre risas, aunque reconoce que esos momentos le sirvieron para adquirir experiencia.
¿Cómo se hace una buena foto?
«Siempre he echo y hago mis imágenes para mí, no vivo de la fotografía y no dependo de alguien que me diga cómo hacerlo para la venta», explica la profesional sobre su postura.
El retrato es su trabajo estrella, aunque a la fotógrafa no le gusta tomarse a ella misma. «No tengo mala pinta, pero prefiero hacerles fotos a otros», bromea. En este sentido, la profesional cuenta que resulta complicado cuando una persona le pide que quiere salir guapa, ya que por su parte procura que sea lo más natural posible.
Para hacer una foto, la alemana se fija en matices como la luz y las sombras, las perspectivas, los materiales, la naturaleza y el propio ser humano. Sus imágenes suelen aparecer en blanco y negro porque, aclara, «la falta de color da un poco más de margen de interpretación».
Fotografía en el siglo XXI
A la mujer que disfrutaba de usar su cámara analógica 6x6 no le gusta la cámara digital, aunque es la que usa ahora: «Para mi gusto es todo demasiado limpio, demasiado correcto». También le «asusta» que hoy en día cualquier persona se considere «una experta» tomando fotos con el móvil y presuma de ellas.
Sibylle también ha percibido un cambio respecto a la imagen de la mujer en los últimos años, ya que, según expone, «en las imágenes más recientes, la mujer es más orgullosa y presumida, moderna en todos los sentidos, es presente, segura, fuerte».
Ante este nuevo mundo, la profesional da varios consejos a las nuevas generaciones de fotógrafos: entre ellos, estudiar la historia de la fotografía desde el principio -en especial los trabajos de Christina García Rodero e Isabel Muñoz-, pero, sobre todo, «desarrollar inquietudes y ser sensible para percibir el entorno».
Estupendo artículo, muy interesante! Deseando ver la exposición… q siempre es cultura y de la que hay que hay mucho que aprender sobre todas las mujeres.Enhorabuena,!!!!
Sibylle es una gran profesional y una mujer excepcional, y a la vista están sus manifestaciones. La conocí cuando ambos éramos dos niños, y ella ya era preciosa. Aunque no lo ha tenido nada fácil, ha heredado la fuerza y expresividad de su padre y la belleza de su madre. Un gran abrazo para ella y enhorabuena por el artículo!!