La gran mayoría las odia, pero deberían saber que el hecho de que las playas de Dénia hayan tenido estos días atrás toneladas de algas en la arena es un bioindicador de la calidad de las aguas marinas costeras.
Esas algas que a muchos molestan a la hora de tomar el baño son, posidonia oceánica, una especie de plantas endémica del Mediterráneo cuyas praderas submarinas tienen una notable importancia ecológica. La posidonia constituye la comunidad clímax del mar Mediterráneo, uno de los ecosistemas más importantes de nuestro mar.
Las praderas de posidonia oceánica se encuentran solo en el mar Mediterráneo. En su interior viven organismos animales y vegetales a los que ofrecen alimento y protección, lo que les convierte en una especie clave del ecosistema marino costero.
Además, la presencia de masas de hojas en descomposición en la arena playera tiene una gran importancia en la protección de las playas contra la erosión, ya que la amortiguación del oleaje llevada a cabo por el estrato de hojas muertas en las playas las protege, especialmente durante el período de tormentas invernales.
La posidonia desempeña un papel fundamental en el ecosistema costero por varias razones: consolida los fondos de las costas y ayuda a contrarrestar un excesivo transporte de sedimentos debido a las corrientes costeras; actúa como barrera, atenuando la fuerza de las corrientes y las olas y previniendo la erosión costera, y produce y exporta biomasa tanto en los ecosistemas vecinos como en profundidad.
Año tras año, las praderas de posidonia entran en un mayor peligro de regresión. Su desaparición tiene efectos negativos no sólo en el ecosistema de la posidonia sino también en otros ecosistemas. Basta pensar que la pérdida de un sólo metro lineal de pradera puede conducir a la desaparición de varios metros de playa, debido a los fenómenos erosivos. Además, la regresión de las praderas comporta una pérdida de biodiversidad y un deterioro de la calidad del agua.
La importancia ecológica de la posidonia es tal que en el año 1999 las praderas existentes en el Parque Natural Ses Salines, entre Ibiza y Formentera, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Será estupenda la posidonia, pero tener que pisar cinco o seis metros de algas secas y en trance de descomposición antes de llegar al agua, casi que me gusta poco.
Desde luego, es para no volver nunca más a este sitio. Es asqueroso
Dich braucht die Natur nicht, aber du brauchst die Natur!