Hecha la ley, hecha la trampa. O al menos eso es lo que piensan algunas empresas pequeñas de hostelería en nuestra ciudad.
Durante la pasada jornada, volvió a repetirse el caso de un local que decidió trabajar como si no existiera crisis sanitaria alguna. En el casco urbano, nuevamente la policía tuvo que intervenir en un bar en e que se estaba dando servicio en su interior. Cuando llegaron, dos personas estaban consumiendo bebidas dentro del establecimiento, lo cual está terminantemente prohibido durante esta primera fase de desescalada en la que nos encontramos.
Y no solo eso, sino que en el exterior se encontraban otros 3 clientes consumiendo de pie. Esto se considera también una infracción pues, como no se cansan de repetir, el servicio debe ser preciso en mesa, prohibiendo barras y derivados.
