Hace diez años, de una manera discreta pero firme, nacía la asociación Ludai. Bajo el lema "Luchando para darles un futuro de igualdad" comenzaron a ofrecer recursos terapéuticos a las familias con niños con algún tipo de necesidad, y pocos años después consiguieron ser reconocidos por la Generalitat Valenciana como Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT).
Desde 2012 la asociación gestiona este Centro, que actualmente atienda a 80 familias con niños y niñas de 0 a 6 años. Pero cuando crecen, se acaban los recursos que siguen siendo necesarios. Es por ello que ahora la lucha de Ludai se va a enfocar a conseguir el SAT (Servicio de Atención Temprana), que pueda atender a usuarios de 6 a 16 años.
La psicóloga Mayte Cabrera está ahora al frente de la asociación como nueva presidenta, y tiene muy claro que ese es el objetivo a conseguir. Para la nueva presidenta, "este es un buen momento para comenzar a construirlo", puesto que las 80 familias que actualmente son usuarias del CDIAT podrán necesitar, cuando los niños y niñas cumplan los seis años, los servicios del SAT.
Los esfuerzos se van a centrar, a partir de ahora, en luchar por conseguir ese servicio. El primer paso a dar es concienciar sobre lo necesario del SAT en la comarca. El siguiente, contactar con las instituciones públicas para hacerles partícipes de ese vacío de recursos que actualmente existe para los usuarios de 6 a 16 años. En definitiva, el camino que ya realizó la asociación antes de ser reconocida como Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT).
Para ello se ha rodeado de un gran equipo de personas vinculadas a la asociación en el que no podía faltar Jessica Romero, alma máter de la asociación que ha presidido durante sus diez años de historia. Junto a ellas, caras conocidas que ya han formado parte de la directiva de la asociación y otras nuevas que de alguna forma han estado vinculadas al trabajo de Ludai estos años.
Como afirma Mayte Cabrera, "Ludai está renaciendo". Comienza ahora una nueva e ilusionante etapa en la que cuentan, como desde hace una década, con el apoyo de la ciudadanía. Ahora, además de las ganas por luchar, tienen diez años de experiencia a sus espaldas que avalan su capacidad de responder ante las necesidades de los niños y niñas con necesidades específicas.
