La costa de Dénia se ha convertido estos días en el hogar temporal de un gran número cetáceos. Tanto los delfines como las ballenas rorcuales han situado sus circuitos de migración en nuestro litoral, por lo que es muy común observar estos mamíferos a pocas millas de distancia de las playas.
Dénia es uno de los puntos preferidos de estos animales y, por tanto, también de las personas que se dedican a investigarlos. De hecho, la Universitat Politècnica de València lleva a cabo, junto al Ayuntamiento, el proyecto Cabo Rorcual, en el que un grupo de científicos estudian el paso de los cetáceos. Ahora gracias a micrófonos sumergidos para registrar el paso de las ballenas.
También a la ciudad se ha desplazado la ONG EDMAKTUB, para estudiar los rorcuales comunes en su paso por Dénia. Estas ballenas son el segundo ser vivo más grande del planeta, por lo que no pasan para nada desapercibidos. Es por eso que ya han recogido los primeros frutos de su viaje, captando dos nuevos ejemplares que se dirigían al sur, los cuales inmortalizaron con las impresionantes imágenes que acompañan esta noticia.