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La economía de la Marina Alta tiene una hoja de ruta: el plan de acción ‘Dénia&Marina Alta #Tastinglife’

23 de abril de 2018 - 17:14

El 11 de diciembre de 2015, Dénia era designada Ciudad Creativa de la Gastronomía de la UNESCO. Algo más de dos años después de aquel reconocimiento y con muchas experiencias a la espalda, la ciudad ha presentado el plan de acción Dénia&Marina Alta #Tastinglife como la hoja de ruta para la economía de la Marina Alta.

Quienes conocen este proyecto desde fuera afirman que Dénia y la Marina Alta "saben lo que quieren ser de mayores", y este plan es una muestra de ello.

Este lunes se han presentado las conclusiones en un acto celebrado en el CDT que ha contado con la participación del secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Rodríguez Mulero; el alcalde, Vicent Grimalt, y los responsables técnicos del documento, Floren Terrades y Vicent Martín, de la Oficina de la Innovación y la Creatividad.

Precisamente ha sido la Oficina de la Innovación y la Creatividad la que ha coordinado los trabajos del plan, que engloba las aportaciones de todos los sectores implicados en el proyecto a través de técnicas de investigación cualitativas como talleres, panel de expertos o entrevistas personales.

El estudio se ha dividido por áreas temáticas, que han arrojado las siguientes conclusiones:

Sobre la producción agroalimentaria, el plan concluye que el mapa agrícola de la Marina Alta está formado, mayoritariamente, por cítricos (un 48% del cultivo total), viña, olivo, almendro y apenas un 1% de hortalizas. La edad media del agricultor es superior a los 50 años y escasea el relevo generacional. Otros grandes retos a los que se enfrenta la comarca en esta área es el abandono agrícola y la pérdida de conocimientos y usos agrícolas de gran valor que conviene salvaguardar.

Para afrontar esta situación, el plan propone el diseño de un mapa de producto donde participen los productores y los consumidores de manera que se pueda establecer un marco de beneficios comunes. También apuesta por promover los intercambios de conocimiento y experiencias, las estructuras colaborativas para abaratar costes de producción y comercialización o la innovación en el modelo de producción.

Acerca de la comercialización de productos locales se detecta una falta de conocimiento de la existencia del producto local y dónde comprarlo, la desconexión entre el sistema productivo y la demanda, o la falta de marcadores que diferencien el producto local del resto de oferta agroalimentaria y que le aporten un valor añadido como producto de proximidad.

El diagnóstico propone identificar el producto local en mercados y comercios con un identificador que lo diferencie del resto, incrementar la formación en comercialización y técnicas de venta para el productor y el elaborador, entre otros.

Otro de los aspectos que aborda el plan es la formación agroalimentaria en Dénia y la Marina Alta, donde existe poca demanda de formación específica desde la agricultura. El estudio remarca también que la formación continua y dual es muy escasa y que existe poca coordinación entre agentes formadores.

Como solución se propone impulsar un mapa unificado de formación agroalimentaria en la Marina Alta que refleje las distintitas necesidades y demandas formativas; diseñar un modelo formativo dual (formación y prácticas al mismo tiempo), que la formación incorpore productos y recetas tradicionales y que, a través de la formación, se promuevan valores emprendedores.

En cuanto a la gestión del territorio, se detecta un desequilibrio poblacional en la comarca, con grandes diferencias entre la costa y el interior que originan consecuencias medioambientales y socioeconómicas. El plan de acción propone que el sector agroalimentario actúe como reequilibrador del territorio. Apuesta por la valorización del entorno rural y los espacios agrícolas de la comarca, solicita implicar a la industria turística en la recuperación del territorio paisajístico y cultural y aconseja promover estudios sobre gestión y planificación de los recursos naturales de la Marina Alta.

El plan hace también hincapié en la gastronomía. El plan propone la recopilación y divulgación del saber de la cocina tradicional; prestar especial atención en la formación del personal de sala como puente entre la cocina y el cliente; ofrecer formación continua a los profesionales; la colaboración activa con los centros de formación profesional, especialmente el CdT y el IES Maria Ibars, o favorecer la creación de estructuras de compra del producto local para maximizar tiempo y costes.

Todo ello para paliar una de las grandes debilidades que se ha detectado, la falta de tiempo de los cocineros para poder dedicarse a investigar, conocer y comprar y la falta de investigación científica con productos singulares de la Marina Alta que permita descubrir su potencial gastronómico.

La comunidad educativa ha sido la que más ha interiorizado el plan y la que mejor lo sabe transmitir. En este sentido, cabe destacar la puesta en marcha de los huertos escolares, los programas Erasmus+ “Youth 4 Food” y “Tastingschools” o la implantación de la figura del agricultor-formador.

Como acciones futuras, se propone el uso de productos y recetas tradicionales en los comedores escolares o animar a los restaurantes a desterrar el “menú infantil” poco variado y con mucha presencia de fritos por menús específicos de productos locales y cocina tradicional para los niños.

Sobre el turismo, el plan detecta un incremento del turismo vacacional frente al residencial y se defiende marcar una hoja de ruta para definir el modelo agroturístico y de turismo gastronómico. Asimismo se propone fomentar el turismo de interior como elemento de desestacionalización.

Los emprendedores forman una parte importante del plan. A este respecto, se ha detectado la baja formación existente y una falta de infraestructuras de comunicación y tecnológicas necesarias para atraer inversión y talento, además de poco tejido asociativo. Para paliar esta situación, el plan de acción propone la creación de espacios para compartir experiencias y conocimiento que permitan innovar en el sector agroalimentario; la creación de un clúster agroalimentario; promover un ecosistema financiero completo y favorecer las relaciones entre emprendedores, tejido empresarial, asociaciones y el resto de actores económicos de la comarca.

Finalmente, el plan aborda el patrimonio. En este ámbito se propone facilitar y promover una conservación activa; promover una industria cultural creativa y practicar la solidaridad institucional, de manera que se apoye a los ayuntamientos que no disponen de los recursos necesarios para poder recoger la información y catalogar su patrimonio.

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