La sabiduría oriental y sus conocimientos sobre medicina natural y alternativa han llegado hasta nuestros días gracias a la acupuntura. Se trata de una técnica nacida en china que actualmente nos puede ayudar en muchos más aspectos de los que creemos, tanto a nivel físico como emocional.
Tal y como explica Gilbert Sanguinede, la acupuntura se puede aplicar de dos maneras diferentes. Por un lado la energética, que obedece a leyes específicas de los ciclos de la naturaleza, y por otro la iónica, que ayuda a liberar una endorfina natural de la misma familia que la morfina que alivia los dolores.
La acupuntura energética ayuda a equilibrar al paciente con problemas psicosomáticos como el insomnio, la hernia de hiato, la depresión o la angustia, y con problemas respiratorios como el asma.
La acupuntura iónica, por su parte, está indicada para problemas de ciática, dolores físicos, dolencias relacionadas con los huesos y problemas derivados de la práctica del deporte.
Como medicina holística, la acupuntura no tiene efectos secundarios y con su tratamiento se reduce la necesidad de medicamentos. La acupuntura no trata la enfermedad, sino la causa, y ayuda a reforzar nuestra salud desde una dimensión más profunda y sutil.