Esta noche, como cada último sábado del mes de marzo, hay que cambiar la hora. El horario de verano se instala en nuestras vidas y, poco a poco, los días serán más largos.
Así, en la madrugada del sábado al domingo, a las 2 serán las 3, perderemos una hora de luz y puede incluso que nuestros cuerpos se resientan.
Entre otros problemas puedes tener fatiga, cambios de humor, trastornos digestivos o problemas de sueño. Los colectivos más afectados serán los niños y los ancianos, ya que supone la modificación de casi seis semanas en el ciclo actividad-sueño.
Los expertos recomiendan una adaptación prolongada al nuevo horario, como despertarse 15 minutos antes durante los días previos y ayudar de esta manera a que el organismo se adapte mejor.