La temporada estival se acaba, los turistas vuelven a sus ciudades y con ellos también se va otro visitante transitorio: el alquiler asumible. Ahora el dianense se queda, su rutina persiste fuera del verano y la realidad de la ciudad se impone. Dénia es un lugar privilegiado para vivir, en todos y cada uno de los sentidos.
Independizarse en Dénia es un lujo no apto para todos los bolsillos. Una simple búsqueda por cualquier portal de alquiler y la aplastante y pesimista realidad te obliga a abrir los ojos. Si buscas vivir solo en Dénia debes contar con una buena fuente de ingresos.
Los alquileres anuales por debajo de los 500 euros mensuales son casi inexistentes en el casco urbano. Todavía se puede encontrar algunos pocos en Les Marines, pero muy escasos ya que la mayoría se destinan al alquiler vacacional. Del mismo modo, tampoco abundan los alquileres de entre 500 y 600 euros, pese a que ya es un precio poco asumible para la mayoría de personas que quieran vivir solas.
Según los expertos, la parte de los ingresos netos de una persona destinados al alquiler no debería superar el 30% del total. En Dénia, según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, la renta disponible media no alcanza los 20.000 euros. Pongamos que eso quiere decir que un sueldo medio es de 1.600 mensuales, si logras encontrar una vivienda disponible por 500 euros al mes ya estarías desoyendo la advertencia de los economistas, dedicando más del porcentaje recomendado y sin incluir gastos de luz, agua y basura.
En innegable que los precios de los alquileres se han elevado excesivamente durante los últimos años. Esto provoca que la independencia en Dénia sea un verdadero privilegio al alcance de muy pocos. Para poder vivir en la capital de la Marina Alta, es casi obligatorio recurrir a compañeros con los que compartir el gasto del alquiler. De lo contrario, o cuentas con un sueldo superior a la media o estás abocado a vivir fuera del la ciudad (cada vez más lejos dado el aumento de la demanda en los municipios cercanos).
Pongamos por ejemplo la situación en las Baleares donde los profesionales de docencia, sanidad y seguridad no encuentran alquileres porque todo está reservado para el turismo.Una isla o zona sin los servicios principales es una zona muerta.