Las obras de reforma de una casa ubicada en el centro de Dénia, concretamente en la calle Marqués de Campo, junto el restaurante El Comercio, han vuelto a poner de manifiesto los desencuentros entre el arqueólogo municipal, Josep Gisbert y los responsable de urbanismo de la ciudad.
Una grúa de gran volumen tomó la calle Magallanes, lugar donde da la parte trasera de este solar, con el fin de afianzar la fachada y fortalecer los muros de las casas colindantes. Una grúa que en su acceso dejo bastante deteriorada la calzada de la calle, con hundimientos de los adoquines.
La concejala de Disciplina Urbanística, María Mut, indicó que ha sido la Conselleria la que permitió que la obra siguiese su curso, sin catas. La alcaldesa, por su parte, fue la que realizó una consulta por escrito respecto a este tema.
Previamente, en una reunión mantenida por la propia Mut con el arquitecto de la obra y el arqueólogo municipal, Gisbert abogó por que se realizasen las catas ya que en la excavación hay indicios de que apareciesen lienzos de una muralla del siglo XI. Las razones para no hacer las catas esgrimidas por el técnico es que podían poner en serio peligro la estabilidad de las casas colindantes.
Por su parte, María Mut comentó que «en su día se realizó una técnica de cimentación que permite levantar el edificio sin tener que excavar, conocida como ‘micropilotaje’, por lo que en caso de que pudiese haber restos, no se dañarían«.