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CEDMA hace un balance de la situación de las empresas en la comarca

11 de enero de 2013 - 00:00

Que 2012 ha sido francamente malo para las pymes de la Marina Alta es ya una obviedad. Cierto es que algunas empresas han mantenido e incluso incrementado su productividad, íntimamente ligada a la exportación de productos y servicios o a la innovación en materia turística, sector que sí ha experimentado un ligero –muy ligero- repunte con respecto a los últimos años. Pero no ha sido la norma.

El plan de pagos a proveedores alivió en algo la situación, si bien en una inmensa mayoría de los casos, con el cobro de esas facturas atrasadas se han atendido prioritariamente restructuraciones de plantillas, despidos y cierres. Después de ese plan de pagos, además, se han seguido acumulando las facturas, hasta darse ya el caso que no son demasiadas las pymes que se arriesgan a trabajar con algunos ayuntamientos de esta comarca.

La mayor carga impositiva ha hecho también más difícil la recuperación. Es la “pescadilla que se muerde la cola”. La administración necesita fuertes ingresos para mantener las estructuras del Estado, las Comunidades Autónomas, las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos, y como no es capaz de cuadrar el balance, realiza algunos –pocos- ajustes, recorta gastos y aumenta los impuestos.

A consecuencia de ello, los productos se encarecen y los ciudadanos, y las empresas, tienen menos dinero que poner en circulación. Como hay menos dinero, sociedades y autónomos tienen menos beneficios e incluso entran en pérdidas, lo que les lleva a estructuraciones de sus plantillas, despidos masivos e incluso cierres, engrosando así la lista de personas que legalmente tienen derecho a cobrar prestaciones sociales y adelgazando la lista de aquellas que pueden seguir soportando los impuestos, pagos a la Seguridad Social y demás cargas. Como aumentan de nuevo los gastos y vuelven a disminuir los ingresos, el Estado, en vez de plantear un ajuste serio, sigue recortando de donde puede, ingeniando nuevas tasas y acudiendo a los mercados externos para financiarse.

Pero las pymes también están buscando financiación, y no pueden acudir a esos mercados. Los tan cacareados créditos del ICO siguen estando en manos de las entidades bancarias, muy reacias a conceder financiación a quien lo necesita, haciendo así realidad el dicho inglés: a banker is a fellow who lends you an umbrella when the sun is shining, but wants it back the minute it begins to rain.

No es financiación por capricho lo que piden las empresas. Las pymes necesitan liquidez a final de mes para hacer frente al pago de nóminas, seguros sociales y facturas. En muchas ocasiones, los ingresos previstos vienen con grandes retrasos, pero no se pueden retrasar en ningún caso los pagos más urgentes.

Se da también la circunstancia de que por mucho que diversas formaciones políticas lo prometieran o apuntaran, las facturas emitidas siguen teniendo la obligación de declarar IVA, se hayan cobrado o no.

Además, no se permiten fórmulas que sin duda resultarían mucho más imaginativas que las actuales y menos onerosas para las empresas. Hay muchos analistas que apuntan diferentes soluciones en este sentido. Por ejemplo: habilitar a las PYMES para que compensen los créditos que ostentan frente a cualesquiera administraciones públicas (incluida la local y autonómica) con sus obligaciones frente a cualquiera de ellas.

Y no sólo esto. En las reformas laborales aprobadas en este país parece que la opinión y la lucha del empresariado está en abaratar en despido, cuando en realidad no es esto realmente lo que nos hace falta, sino otro tipo de flexibilidad. Otro ejemplo: muchas empresas no hubiera reducido sus plantillas, o las hubieran reducido mucho menos, si hubieran podido aplazar sin coste o a un interés marginal los pagos a la Seguridad Social. En vez de ello, en agosto de 2012, la Administración consideró oportuno imponer un recargo del 20% a quien se retrasara un solo día, cuando antes los recargos eran del 3%; 5%; 10% y 20% según el retraso fuera de un mes, dos meses, tres meses o más de tres meses respectivamente.

No contentos, en el mismo Real Decreto retiraron sin previo aviso todas las bonificaciones en los seguros sociales para los colectivos más desfavorecidos. La combinación de ambas medidas resultó ser extraordinariamente eficaz para hinchar los costes laborales en una época tan mala como la actual, lo que se demuestra por el engrosamiento de las cifras del paro ocurrido a raíz de ello. Todo salpicado, además, por una especie de mantra que repiten las administraciones: “hay que apoyar a los emprendedores”. ¿Por qué? ¿Por qué esta obsesión a sabiendas de que cada día se ponen nuevas trabas a la creación de empresas y su sostenimiento en el tiempo? ¿En serio creen estar haciendo algo al respecto o es simple sarcasmo? Hacia final de año leíamos este titular: “Crear una empresa en España es más difícil que en Zambia”. Lamentable.

¿Qué pasará en 2013?

Es muy difícil hacer un pronóstico. Cada año, los grandes analistas sitúan la recuperación –la zanahoria- en el año siguiente. Así, en 2011 nos dijeron que la situación mejoraría a finales de 2012. El 2012 lo pospusieron a 2013, y ahora el horizonte lo han señalado para el 2014.

Como empresarios estamos dispuestos a hacer cuántos esfuerzos sean necesarios, pero queremos que ese esfuerzo lo realicen también las administraciones públicas y las entidades bancarias. A las primeras les pedimos reajustes que eliminen competencias duplicadas e incluso triplicadas, pero sin recortar en servicios a los ciudadanos, que es el principal motivo por el que pagamos impuestos. A los segundos les recordamos que igual que nosotros somos comerciantes, o industriales, o restauradores y hosteleros, o jardineros, constructores; promotores; agentes inmobiliarios o de seguros; asesores, etc., los bancos son también empresas, empresas financieras cuyo principal negocio es vender dinero, y no lo están haciendo.

Federación Del Círculo de Empresarios de la Marina Alta

1 Comentario
  1. Cristina Serrano Saenz de Ynestrillas dice:

    Soy una mini empresaria, en total somos tres en la empresa, nuestra forma de trabajar es limpia y transparente y no hay otra forma de hacerlo, porque al dedicarnos al la importación ya nos piden pagar por adelantado a nuestros proveedores (claro, no se fían de los españoles!), el IVA (21%) por adelantado, la Eco-Tasa por adelantado y al ser distribuidores o depender de proyectos, los clientes nos pagan a 60 y mas días o simplemente se escaquean y se declaran insolventes, permitiendo abrir a otro familiar o bajo otro nombre, abrir otra empresa con nuestro material y el de otros que han dejado igual que a nosotros. No se nos devuelve el IVA, porque el plazo de reclamación es muy corto eintentamos dar un voto de confianza al cliente, los bancos, te arrancan hasta el alma para obtener una póliza ridícula y si encima te han pillado los famosos clips o swaps bancarios, a pesar de haber ganado los procesos judiciales, te lo alrgan y recurren durante años, jugando con un dinero que a ti te hubiese venido bien para seguir haciendo transacciones empresariales! Por lo menos en Irlanda devolvieron los bancos a las dos semanas el dinero robado a sus clientes! Y por si fuera poco, cuando consigues un contrato para exportación para una marca muy conocida, el banco tampoco de facilita nada porque te obliga, no sólo comprar una póliza que te hace desangrar, sino que te hace comprar acciones o preferentes que al día siguiente no valen nada y que te dejan aún mas endeudado! Las ayudas son para Telefónica, Iberdrola, Endesa, Ave etc. pero los miles de autónomos que podríamos ayudar a crecer a los municipios de forma legal y limpia, nos vemos ahogándonos más y más sin poder crecer o invertir por la nula ayuda y comprehensión de la administración competente y gracias a la solidaridad de algunas iniciativas privadas o personales, algún que otro joven empresario, puede abrir su mini empresita en algún vivero empresarial! No me extraña que nuestros talentos se sientan incomprendidos, infravalorados y frustrados y tengan que salir fuera del país!


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