Enric Ginestar reclama un museo fallero y la importancia del monumento en su pregón

El artista fallero Enric Ginestar dio el pistoletazo de salida a las fallas de 2016 en Dénia con un pregón en el que reivindicó la importancia del monumento y la necesidad que tiene Dénia de contar con un Museu Fallero que explique el proceso de creación de una falla y que cuente con un importante fondo de ninots que plasmen la realidad fallera de la ciudad.

Las palabras del pregonero de este año arrancaron con la historia "sencilla de un niño corriente que no tenía otra cosa que fallas en su mente", nacido en una familia ligada a la fiesta, que tenía una firme pasión y curiosidad por el monumento, un niño que no se permitió nunca dejar de buscar lo que más le gustaba: las fallas. Ese niño que en 1992 veía cumplido el sueño de plantar su primer monumento infantil se dirigía ahora a los centenares de falleros que se dieron cita en el mirador de la calle Santíssima Trinitat para pregonar las fallas.

Según sus propias palabras, estaba viviendo "uno más de los impagables momentos que nos regala esta profesión", en la que se dedica a lo efímero, a lo que es y ya no es y que solo pervive en el ideario de la gente. Como artista fallero que es, Enric Ginestar pidió una única cosa a los falleros: que quieran al monumento de la misma forma el día 16 por la noche que el 17 cuando ya se han dado los premios, que valoren las fallas como el elemento central de la fiesta, ya que reflejan una manera de entender la vida, lo que fuimos, somos y seremos.

El pregonero reconoció sentir pena "al ver monumentos abandonados, banderines que los atraviesan, y vacíos el día de la cremà" por el reparto de ninots entre la comisión, y alabó el "inagotable esfuerzo de cada comisión por llenar plazas con color", lo que conformaba "once visiones diferentes de la fiesta con los monumentos como nexo de unión".

Y para finalizar, realizó una histórica reivindicación que el mundo fallero viene reclamando y que para el pregonero, se puede alcanzar a través de "nuevas líneas de colaboración y caminos" para conseguir el tan deseado museo fallero, un lugar en el que se plasme el proceso de creación de una falla, proponiendo que las fallas se exploten al igual que se hace con el juguete o la gastronomía.

Que Dénia contara con un Museo Fallero, como tienen otras poblaciones, supondría que los ninots estarían expuestos 365 días al año. Para conseguirlo, dijo "no hacen falta grandes obras, ni modernas edificaciones, sino voluntad". Como ejemplo, Ginestar propuso que se comience exponiendo los ninots indultados en algún lugar del Museo del Juguete. En este sentido, el pregonero se ofreció para restaurar ninots y colaborar para que el Museu Faller sea una realidad en Dénia.

Su último mensaje fue para los falleros, pidiéndoles que no dejen nunca de luchar por aquello tan efímero que son las fallas, la esencia de la fiesta por excelencia.

Tras su discurso, el pregonero recibió de manos del presidente de la Junta Local Fallera, José Antonio Monsonís, un cuadro recordatorio del momento que acababa de vivir y que Ginestar agradeció acordándose también de quienes ya no están entre nosotros.