Las autoridades no se cansan de repetirnos que nos quedemos en casa para evitar que se propague el COVID-19. También nos lo dicen los trabajadores que sacrifican su salud a diario para ofrecernos cuidados, así como productos y servicios básicos.
A ellos, desde que empezó la cuarentena, les dedicamos diariamente una ovación desde los balcones. No obstante, hay quien no quiere escuchar las recomendaciones de los ovacionados y no solo eso, sino que provocan que su trabajo quede en nada al saltarse negligentemente las restricciones.
Éste es uno de esos casos, porque imprudentes hay en todos los pueblos, también en Dénia. Quédate en casa.