Los negocios más dependientes del turismo afrontaban el puente de Sant Josep de este año con un gran temor, pues se jugaban mucho tras casi dos meses con sus negocios cerrados a la espera del regreso de la vida en las calles.
Muchos establecimientos hosteleros abrían por primera vez al inicio del puente con la ilusión de que, pese a las restricciones, los vecinos pudieran volver a ocupar sus mesas y disfrutar de la oferta gastronómica de la ciudad. Bueno, vecinos y visitantes, porque los ha habido.
Y la gente ha respondido, pues ni las restricciones ni el miedo a la pandemia les ha frenado para volver a disfrutar de un puente similar a los de antes. Eso sí, durante parte de este periodo, pues lo que sí se ha notado, y mucho, es la lluvia, dejando fotografías enormemente diferentes con tan solo unas horas de diferencia, como recogemos en nuestra galería.