Dénia rinde homenaje a los 52 republicanos fusilados por el franquismo
Durante este mediodía, como cada año, se ha realizado el homenaje a los 52 fusilados de la Marina Alta tras la Guerra Civil por parte de la dictadura franquista. En el acto, organizado por el PSPV, se han congregado más de un centenar de personas, llevándose a cabo en el cementerio de Dénia junto al muro donde muchos de los republicanos fueron asesinados.
16 vecinos de Dénia, 14 de Pego, 6 de El Verger, 5 de Pedreguer, 2 de Ondara, 2 de Xaló, 1 de Sagra, 1 de Teulada y 5 de fuera de la comarca. 52, en total, fueron las víctimas republicanas que fueron abatidas en la Marina Alta por la dictadura de Franco tras finalizar la Guerra Civil.
Esta próxima semana se cumple el 80 aniversario del fusilamiento de Dénia, cometido en el muro frente al cual hoy se ha reunido más de un centenar de personas, entre los que se encontraban hijos e hijas de las víctimas, para rendirles homenaje y, sobre todo, recordarlos.
«Siempre estarán vivas en nuestro recuerdo mientras sigamos viniendo aquí», afirmaba la representante de la secretaría de Memoria Histórica del PSPV en la Marina Alta.
«Nos jugamos que el trifachito prohiba estos actos»
El alcalde, Vicent Grimalt, por su parte ha recordado lo «mucho que se juegan» el próximo 10 de noviembre. «Nos jugamos que el trifachito prohiba este tipo de actos», declaraba Grimalt, a lo que Matías Alonso, coordinador del Grupo para la Memoria Histórica de València, le contestaba que eso no iba a pasar nunca. «Aunque mande el fascismo, mientras seas alcalde y nosotros estemos aquí, este acto se volverá a celebrar siempre», respondía Alonso.
Grimalt ha aprovechado para hacer un llamamiento a aquellos que tienen pensado abstenerse el próximos domingo 10 de noviembre y para recordar que «gracias al actual gobierno» se ha podido sacar de su monumento de homenaje al responsable de los asesinados que hoy se homenajeaban.
«Aún hoy en día nos miran algunos mal»
Matías Alonso, además, ha querido subrayar que no solo mataron a esas 52 personas en la Marina Alta, sino que dejaron madres e hijos destrozados. Muertos en vida que, como han contado dos de estos hijos ahí presentes, sufrieron más todavía por el hambre al quedarse sin el pilar de sustento de la familia y marginados y repudiados por una sociedad que los señalaba con el dedo. «Aún hoy en día nos miran algunos mal», contaba el hijo de una víctima.
Alonso también ha dedicado palabras a la exhumación reciente de Franco y al Valle de los Caídos, al cual ha preferido dirigirse como Cuelgamuros, ya que «ni es un valle ni todos los muertos ahí son sus caídos». El coordinador de Memoria Histórica apostaba por no destruirlo. Dejarlo y explicarlo, como Mauthausen, pues «si se destruye nadie se acordará de lo que ahí, y aquí, pasó».
Pero, sin duda, el momento más emocionante del homenaje ha sido cuando los propios familiares de estos y otros asesinados han dado su testimonio, contando lo que fue vivir sin un padre y el duro camino que se debe recorrer, repleto de trabas, para poder lograr la paz al hacer descansar a estos asesinados con sus familias.
