Los secretos de la medicina tradicional valenciana que viven en la Marina Alta: el Jueves y Viernes Santo son la clave Los secretos de la medicina tradicional valenciana que viven en la Marina Alta: el Jueves y Viernes Santo son la clave
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Los secretos de la medicina tradicional valenciana que viven en la Marina Alta: el Jueves y Viernes Santo son la clave

29 de marzo de 2024 - 10:04

Desde tiempos incalculables, han existido, y existen, una serie de males, podríamos decir, cuotidianos, que solo pueden ser tratados por unas personas en concreto. Aquí, en la Marina Alta, y en otras comarcas del territorio valenciano, es común oír hablar de 'estar enfitat' o 'tindre el sol al cap' y asociados a estos malestares siempre van el nombre o la figura de mujeres vecinas o conocidas que se dedican a curarlos.

Tanto estos males como las personas dedicadas a tratarlos y los rituales empleados para ello, forman parte de la cultura popular y tradicional de nuestros pueblos. Ellas no son médicas, ni los dolores son males mayores, sino molestias del día a día que pueden ser tratadas de formas un tanto misteriosas. Y una de las razones por las que estas técnicas, conocidas como medicina tradicional o popular, son tan enigmáticas es que se transmiten, de forma general, en Jueves y Viernes Santo.

A menudo se aglutinan en estos rituales una serie de componentes religiosos, entre ellos las oraciones o frases que se deben pronunciar para hacerse efectiva la sanación. Aunque hay quienes afirman que todos estos remedios y creencias existen desde antes de la imposición del catolicismo. Épocas antiguas, con costumbres paganas, de las que la religión se adueñó para hacer más divino su poder.

Sea como fuere, estas prácticas, siguen entre nosotros. Puede que los más jóvenes todavía no las reconozcan, pero lo harán. O así se espera que sea para no dejar perder esta parte de la historia popular y del patrimonio inmaterial valenciano, al menos.

Las mujeres, las especialistas

No se trata de remedios únicos, sino a los que la población recurre cuando tiene la certeza de qué le pasa. Y, probablemente, la efectividad de estas curas resida en esa intención de querer acceder a ellos, en creerlos. Eso de que la fe mueve montañas. Pero no solo en el método empleado para sanarse, sino también en la persona que lo cura.

A menudo, estas especialistas, presentes entre nosotros, son mujeres que lo han aprendido de otras. Es un papel muy ligado a la figura femenina, ya que desde siempre han sido las encargadas de cuidar de los suyos en una sociedad construida sobre una base patriarcal. Hay quien asegura, que para aprender también debes nacer con la gracia. Es decir, llegar al mundo el día del Salvador (6 de agosto) o también en Jueves o Viernes Santo o el día de Navidad. Por lo que los hombres también pueden ser portadores, aunque no es tan común haber oído hablar de ellos.

Una de las características de estos rituales es que las personas que los remedian tienen el deber de hacerlo como parte de su labor en la comunidad. Y no solo eso, sino que lo hacen de forma desinteresada, sin que haya transacción económica de por medio. A no ser que la gratitud del enfermo sea tal que te regale un capazo de naranjas o unos tomates de su huerto a cambio.

Lo que sí puede deducirse de estas prácticas es que vienen asociadas a una dimensión social, cultural y emocional de unos males en concreto, y por ello son fácilmente reconocibles entre los que los sufren. Estos remedios caseros a las "enfermedades" más populares entre la población, de la Marina Alta en concreto, son dos:

Trencar l'enfit

Los síntomas de estar enfitat son la pesadez digestiva, restriñimiento, flatulencia, acidez, malestar general y hasta náuseas, con o sin vómitos. Puede deberse a una ingesta alimentaria excesiva asociada a un estado de ansiedad, estar empachado. Hay investigaciones que también apuntan a la detención de los alimentos en el tracto digestivo que conviene romper para restaurarlo. Otro síntoma claro, es perder el apetito sin motivo aparente.

La cura es trencar l'enfit, también llamado passar la llista, passar la cinta, amidar o medir. Hay dos métodos para llevarlo a cabo. El más antiguo consiste en hacer unos untos con aceite en la barriga del paciente o dibujar cruces en ella.

El segundo, y más común actualmente, se lleva a cabo con el ritual del pañuelo, aunque también se puede hacer con una cinta. Con este complemento se mide el nivel de empacho o el lugar exacto del tracto digestivo que debe ser restaurado. La acción consiste en que el enfermo sostiene el pañuelo de un extremo a la altura de su estómago, mientras que la especialista mide tres veces la distancia hasta él en codos.

Si la persona está 'enfità' la mano de la persona encargada del ritual quedará por encima de la del afectado. Por ello, el proceso puede llevarse a cabo dos veces más, hasta hacer coincidir ambas manos. Cabe decir que en ambos métodos, la sanadora pronuncia la oración, en este caso, secreta, y con el pañuelo también va santiguándose.

Traure el sol del cap

Tindre el sol al cap es distinto al dolor de cabeza o a la migraña. A veces también provoca fiebre y vómitos. Se produce cuando una persona ha estado mucho tiempo bajo la exposición solar. El sol también puede entrar por los ojos, al mirarlo directamente o a través de una superficie que lo refleje, como una pared blanca.

Como en el anterior método, hay dos formas de hacerlo. De forma presencial, se pone al paciente un periódico, papel o toalla en la cabeza y encima, con mucha destreza de la especialista, un vaso lleno de agua boca abajo. El agua empezará a hervir y ella pronunciará sus rezos. A veces, se guarda el vaso con el líquido hasta el día siguiente para verterlo al suelo a pleno sol frente a la casa del afectado.

El segundo es más práctico en los tiempos que corren, y es que se puede hacer a distancia, con los nombres y apellidos de la persona y su fecha de nacimiento. En esta ocasión, en un recipiente de hierro, no muy grande del tamaño de una lata, se pone agua al fuego. Cuando esta rompe a hervir se le añade un poco de sal mientras se pronuncian los datos personales del paciente.

Después de esto, el bote en cuestión se pone boca abajo, con el agua y la sal, dentro de otro recipiente más grande. La oración secreta y santiguarse es el siguiente paso que llevará a cabo la experta. Si el agua permanece dentro del primer recipiente, el afectado tiene el sol al cap y deberá repetirse la oración hasta que haya caído todo en el segundo.

Pese a que estas dos dolencias son las más comunes, y cuyos remedios son los más practicados en la Marina Alta por una gran red de expertas, existen otros males que también se subsanan mediante la medicina popular. Como el 'mal d'ull', también llamado 'presa d'ull', que se detecta por estar decaído anímica y físicamente o por tener mala suerte.

Els 'anfics', 'enfics' o 'fics' son una especie de verrugas producidas por un virus y suelen aparecer, más a menudo, en las manos. Els 'golls' o 'gonys' también se rompen, ya que son como chichones en la parte trasera de las muñecas, provocados por la inflamación de los ganglios linfáticos de la garganta.

También, 'posar les canyes' o passar-les o tirar-les, se realiza para tratar el lumbago, el 'mal al llom'. Y por último, otro de los males, aunque más desconocido en la actualidad, es la 'recalcà'. Esta se debe a una torcedura o golpe en el pie o en las muñecas, un esguince.

  • Bibliografía: Martín de Vidales i Ortiz, Irene. (2021). Bruixes, beates i dones amb gràcia. El paper de les dones en la medicina popular al municipi de Pedreguer. Ajuntament de Pedreguer, Institut d'Estudis Comarcals de la Marina Alta.
3 Comentarios
  1. genoveva dice:

    muy interesante !!!!

  2. Pepa dice:

    Y para variar, a estas mujeres se les llamaba bruixes, con todos los matices de peligro que llevaba la palabra en determinadas épocas y para según qué fines.
    Buenas mujeres!

  3. Joaquín Tormos Bas dice:

    Existe un libro, que yo tengo, de un escritor alicantino Sergio Alonso, llamado Curanderismo, donde recoje todas las oraciones de numerosos curanderos de toda la provincia. Las oraciones están escritas con sus variantes y sin embargo, siguen funcionando. En la biblioteca de Xàbia-Jávea está, pero no se puede consultar debido a su mal estado.
    Hay otro libro similar a nivel nacional, muy interesante llamado La Santa Cruz de Caravaca.
    No solo era la oración, lo interesante también era las hierbas y vendajes, etc. que se usaban, por ejemplo en el Anfit, había que tomar tres días en ayunas, una cocción de Cor de penya, (Hypericon ericoides) que se recogía en Els Cocons de Ambolo.


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