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Tartessos. Los signos del aire de Manuel González, un “indagador de sentimientos”

21 de enero de 2011 - 00:00

El pasado 15 de enero se presentó en el buque Patricia Olivia de Balearia el libro póstumo de poemas del autor Manuel González Pérez.

Fue agradable encontrar un salón abarrotado y expectante ante el alumbramiento de este libro de poemas, quizás porque los organizadores - La Casa de Andalucía- han puesto en ello todo su empeño y cariño por la cultura.

Me considero amante de la poesía y simplemente degustador de sensaciones y puedo decir que el aperitivo de los rapsodas me dejó prendado. Adquirí el libro al finalizar el acto y lo deguste esa misma noche, por lo que pienso que es altamente recomendable su lectura.

Como no me considero capaz de dar una visión técnica del libro, me voy a referir a la presentación que hizo Antonio Chicharro (miembro de la Academia de Buenas letras de Granada), amigo del alma mater Pedro Ayala (Casa de Andalucía de Dénia) que se empeñó en dar a luz este poemario. Y que son retazos que suscribo totalmente.

- Una valiosa pieza única de fino y trasparente Cristal hermosamente escrito.
- El autor es un indagador de los sentimientos, buscador poético de lo desconocido, hilvanando los sueños con la realidad percibida.
- Básicamente son versos libres, con un léxico muy rico, con una enunciación en
primera persona y que en no pocos poemas se desdobla en una segunda persona,
dialogando así consigo mismo.

No quiero hablar sobre el contenido del poemario porque cada persona lo lee, al menos este tipo de poemas, con el sentimiento. Y cada lector siente diferente y a cada uno llegará la poesía de distinta manera- Pero sí que lo recomiendo a los amantes de la belleza y del aflorar de sentimientos que crean mundos, a la postre más reales que la vida misma. Ahí es donde aflora el arte que entiendo…el que nace de la creación a partir de los sentimientos y del conocimiento .Que ilumina nuestro interior desbordando color y luz haciéndonos más humanos

Tengo que hacer referencia a los rapsodas que gracias a su calidad y sentir hicieron mella dentro de mí, acompañados por una guitarra, cuyo duende me alejaba por momentos del texto. Magníficos todos. Y terminó el acto con una coreografía flamenca que degustaron los presentes y que dió paso un ágape regado con manzanilla fresquita.

Javier Ruiz, Txin
www.txinpinturas.blogspot.com

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