Dénia cuenta hoy con muchos elementos simbólicos con los que se la reconoce en muchos sitios. La gamba roja es uno de ellos, sin duda. También nuestro litoral, el Montgó, por supuesto, e incluso alguna calle como Marqués de Campo. El Castillo, no obstante, es seguramente el más emblemático. Tanto es así que forma parte de nuestro escudo. Pero, durante un tiempo hubo uno que destacó por encima (en todos los sentidos) del castillo: el monumento del Sagrat Cor.
El Castillo de Dénia sigue hoy en día luciendo con todo su esplendor, en parte por los ambiciosos trabajos de rehabilitación que se han llevado a cabo a lo largo de los años. No obstante, no siempre ha sido así. El siglo XIX fue quizá el más oscuro del monumento. El asalto napoleónico durante la invasión francesa dejó su estructura muy deteriorada. Además, en 1859 se instó a las tropas a abandonar la fortaleza y destruirla.
Siendo éste ya un inmueble inservible y cuyo derrumbe parecía un hecho, el Estado decidió subastarlo. Sí, el monumento de importantísimo valor histórico y cultural iba a pasar a manos privadas. Por suerte, lo que podría haber supuesto su perdición, no obstante, logró preservar su futuro.
La privatización del Castillo
Un grupo de dianenses adquirió la propiedad del Castillo. Fueron 20 vecinos, los cuales evitaron que éste terminara destruido. Con este cambio de dueños pasó a convertirse su terreno en una finca agrícola orientada al cultivo de la vid y a la producción de la pasa. Durante este tiempo se habilitaron terrazas para la agricultura y se crearon muros de contención.
En esta época, que duró hasta que en 1952 el Ayuntamiento recuperó la propiedad del castillo, se emprendió la creación del monumento más imponente de la ciudad, el cual se impuso al resto de simbología durante unos años. Durante unos pocos años.
Levantando el nuevo monumento de Dénia
En 1926 se colocó la primera piedra del que sería el monumento del Sagrado Corazón. Se alzó en la cumbre del Castillo, un punto elegido a conciencia para que fuera visible desde toda Dénia. En el proyecto se volcaron cientos de vecinos, ayudando en la costosa labor de transportar los materiales hasta el lugar. La inauguración, el 3 de mayo de 1927, fue toda una fiesta que atrajo a multitud de personas.
El majestuoso monumento, diseñado por el profesor de Bellas Artes de València Salvador Rubio, se completó con una capilla en la base y un pequeño altar con un Sagrario. Contaba también con dos campanas para anunciar los oficios religiosos. La imagen del Sagrado Corazón, de estilo neogótico, fue colocada mirando al pueblo y al Montgó. Además, para que fuera bien visible se instalaron dos reflectores que la iluminaban en fechas señaladas y los primeros viernes de cada mes. Esto causó una gran sensación entre los dianenses.
Ocaso del Sagrat Cor
No obstante, el emblema duró poco, pasando a ser historia una década después de que se colocara la primera piedra. El monumento del Sagrat Cor fue derribado como consecuencia de la Guerra Civil a principios de agosto de 1936. Sin embargo, nadie se preocupó por hacerlo desaparecer, yaciendo en un más que reconocible estado en el suelo del Castillo durante décadas.
En el mismo lugar que cayó permaneció hasta 1974, cuando la administración decidió retirarlos al patio del colegio Carmelitas. Durante un tiempo se barajó la posibilidad de reconstruirlo en el recinto, pero se desechó la idea y los restos acabaron siendo trasladados a una pequeña parcela abandonada entre la residencia Santa Llúcia y el colegio Alfa y Omega.
La pista de los restos del monumento pronto se perdió, quedando completamente en el olvido el que en su día fue el símbolo más majestuoso de la ciudad. De hecho, desde los años 80 se perdió completamente la pista de la localización de lo que quedaba de la imagen. Pero ésta seguía en el mismo terreno apartada de todo, entre grandes hierbajos y rocas de las que apenas se diferencian.
A día de hoy siguen ahí, abandonados, pero ya queda poco que reconocer. Se ha perdido por completo el monumento, deteriorado hasta el punto de ser casi indistinguible en un descampado lleno de otras rocas con menos que contar.
En 2012 la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Dénia, de la que estaba encargada la concejala Pepa Font, anunció que se recuperarían los restos para preservarlos tras la publicación de su paradero por este periódico. Pese a ello, nunca llegó la iniciativa a ningún sitio. Un símbolo tan determinante del pasado de Dénia seguirá siendo eso, simple pasado. Entre la maleza descansan, al parecer para siempre.
En 1936, ¿quién mandaba en Dénia?
Quién manda hoy ?? …
Unos bárbaros tuvieron la brillante idea de borrar todos los signos que recordaran la cultura cristiana/católica/nacional y una de sus acciones consistió en derribar ese monumento, quizás por no haber podido asesinar a D. Pedro, párroco en Dénia, y otros clérigos que escaparon y se escondieron al abrigo de algunos vecinos y gente buena de la población y alrededores.
Pretender que los herederos de aquellos desalmados reparen ahora sus fechorías es pedir peras al olmo. Y más ahora que con su ley nos están intentando borrar la verdadera memoria que nos han contado nuestros padres y abuelos.
La única solución pasaría por una iniciativa popular cívica.
Recuerdo de niña, haber estado saltando y jugando sobre estos trozos, cuando se encontraban en el patio del colegio Carmelitas. ¿Por qué no dejaron que se reconstruyera en dicho centro? ¿Todavía se puede restaurar?
Espero que el ayuntamiento haga algo y se recupere dicho monumento
Vergüenza debería de darles a toda esa gente que dirige concejalías, mi interior y demás de cultura, cultura? Eso es de lo que carecen, claro que beneficio económico les aporta colocar otra vez una estatua ? NADA, pero para otros actos que son totalmente prescindibles si que hay dinero…como si no los conociéramos ya. Que vergüenza ellos mismos se destapan.
Sobre El Sagrat Cor
Se paran obras por aparecer alguna que otra piedra, se coleccionan vasijas, etc..todo cuenta, y está aceptablemente bien, pero un emblema de la ciudad de Denia no se puede recuperar y restablecer en su lugar?
Imaginan que el Cristo de Corcovado cayera y se abandonara, el Señor que cuida y mira por la ciudad, no tiene en la ciudad y sus ciudadanos la respuesta para que se recupere y mire a la población y al mar, como emblema y protector?. Que triste
Algo habrá que hacer, opinen y muevan inquietudes que permitan recuperar al protector de Denia
Suerte
Te doy toda la razón , es una vergüenza, cuando yo era pequeño mi abuela me hablaba de ese monumento, es triste que partes de la historia de Dénia se dejen perder así
Recuerdo de niña, haber estado saltando y jugando sobre estos trozos, cuando se encontraban en el patio del colegio Carmelitas. ¿Por qué no dejaron que se reconstruyera en dicho centro? ¿Todavía se puede recuperar?
Espero que el ayuntamiento haga algo y se recupere dicho monumento
Q pena más grande lo de la estatua de Denia..es una lástima por la triste historia.Un saludo