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La Fúmiga: «Si la cultura nos salvó cuando estábamos confinados, también nos salvará ahora»

14 de agosto de 2020 - 00:31

La Fúmiga es sinónimo de cultura musical valenciana, de baile, de alegría, de Mediterráneo -o Mediterrània-, y, por supuesto, de verano. Pero este no es un verano como otro cualquiera. La música está más ausente que nunca y las calles ya no tienen la alegre vida que acompaña las fiestas de otros agostos.

Con la actual crisis sanitaria toca reinventar nuestro día a día. No obstante, ésta no impide que sigamos viviendo. Y, por suerte, grupos como La Fúmiga llevan a cabo un esfuerzo extra, sobre todo en momentos tan duros para los conjuntos musicales, para demostrarnos que podemos seguir disfrutando de la alegría y nuestra cultura sin tener que arriesgar la salud.

Es por ello que, de forma casi improvisada, se han animado a dar un concierto este sábado en la Plaza de Toros de Ondara; municipio y comarca que ha visto crecer musicalmente a los de Alzira. Porque no imaginaban un verano, por mucha excepcionalidad que vivamos, sin pisar la Marina Alta.

Y la Marina Alta los recibirá. Después de barajar varios municipios, finalmente Ondara, donde han creado su álbum, será el escenario de este particular concierto. Con ese motivo, hablamos con Àrtur Martínez que, junto a Jose Beteta, pone voz a La Fúmiga.

PREGUNTA. ¿Cómo está yendo la temporada en nueva normalidad? ¿Habéis podido salvar algo?

RESPUESTA. Nosotros teníamos programada desde febrero, que es cuando se suele cerrar todo, una gira con 60 conciertos hasta final de año. Todo eso cayó. O se aplazó o se canceló, y no quedó nada. No hemos salvado ningún bolo, absolutamente.

A partir de ahí, lo que hicimos fue encarar el problema e intentar buscar la manera de poder seguir tocando, para pasar el tiempo, por la gente, pero, sobre todo, por nuestro equipo de trabajadores y trabajadoras que al final son los que viven de esto. Nosotros, por suerte o desgracia, no ganamos ni un duro, pero toda esa gente está en una situación de completo abandono. Hemos querido hacer lo que estaba en nuestras manos buscando alternativas.

Pudimos reunir 5 o 6 espacios que, finalmente, 2 o 3 tuvieron que cancelarse a última hora por cuestiones de protocolos, seguridad y demás. Porque nosotros, no como otros, sí que nos hemos tomado muy seriamente las medidas de seguridad y protocolos de COVID, para demostrar eso, que se pueden hacer las cosas. Que evidentemente el paradigma ha cambiado, pero seguro que no será por nosotros que no se haga cultura.

P. ¿Cuántos conciertos habéis hecho?

R. Tocamos en el festival Feslloc, que fue uno de los actos de valentía más importantes. Porque al final en el País Valencià todo el tema de festivales se han suspendido. No se ha hecho ningún tipo de readaptación a la nueva normativa, y el Feslloc tiró adelante con un formato muy reducido del que tuvimos la suerte de participar.

También tocamos en Alzira, que fue una producción propia donde pudimos meter a 700 personas en una sala de banquetes con una inversión enorme en temas de seguridad. Fue como un regalo a la gente de nuestro pueblo y de La Ribera.

Del mismo modo, hicimos un concierto en Alacant, en una iniciativa de la Generalitat para reactivar la cultura.

Es lo único que hemos hecho hasta el momento. Y como decíamos siempre, teníamos la sensación de que debíamos un concierto a la Marina, ya que siempre nos han tratado de una manera excepcional. Nos hemos roto los cuernos hasta última hora y el lunes, por fin, pudimos encontrar un espacio.

Agradecemos mucho a Ondara que nos cediera ese lugar para que hiciéramos nuestra producción. No es que sea una organización del ayuntamiento, sino que ceden el sitio para que tú hagas ahí tu evento. Y a día de hoy es el único ayuntamiento que ha hecho eso.

P. El martes, hace apenas un par de días, anunciasteis el concierto en Ondara. ¿Por qué todo tan improvisado?

R. Nuestra oficina contactó con muchos municipios de la Marina para pedir únicamente que se cediera un espacio. Un espacio amplio al aire libre, donde poder meter un aforo acorde a lo que esperamos que venga. Pero nadie, absolutamente, está haciendo algo así por nuestro sector. Es más, yo diría que así conciertos un poquito más multitudinarios, más allá de 300 o 400 personas, somos los únicos que estamos haciendo. Y lo estamos haciendo bajo nuestra responsabilidad y por eso somos tan incisivos con las medidas de seguridad. Porque es una forma de demostrarle a la administración que, si se quiere, se puede. Que si hay voluntad se pueden hacer cosas. Y que la gente entiende la normativa y cuál es el momento actual.

Por tanto, es una llamada también a las administraciones (Diputación, ayuntamientos…) para que, por favor, tiren adelante. No por nosotros, sino por todos los compañeros y compañeras del sector de la música, y más de la música hecha en el País Valencià, que es un sector minoritario que necesita apoyo, sobre todo en momentos así.

La verdad es que nos hemos sentido muy abandonados y seguimos sintiéndonos así.

P. Además, a vosotros os ha pillado la pandemia en plena gira de presentación. Y no de cualquier disco, sino del primero de estudio.

R. Así es. Nosotros hicimos 4 conciertos de presentación del disco, en Barcelona, Madrid, València y empezamos a rodar el primer día en Potries. Y a partir de ahí todo acabó. No hubo nada más. Hasta ahí llegamos.

Es una lástima con el primer disco, cuando pretendes rodarlo y expandirte un poco más, ya que teníamos bolos en Catalunya y era un año para darnos a conocer arriba. Pero todo cae. Aunque nosotros, lejos de caer en la tristeza y en la desidia decidimos que haríamos lo posible para salir adelante. Y cuando hemos hecho conciertos ha sido muy especial y muy emocionante, porque la gente tenía ganas. Al final es una forma de desconectar un poco del monotema que, supongo, todo el mundo tenemos en el cerebro ahora y que nos está trastocando tanto las vidas.

"Pasar un verano tan especial como éste sin pisar la Marina era algo que nos negábamos al cien por cien"

Si la cultura nos salvó cuando estábamos en casa en el confinamiento, también nos salva ahora. Porque cuando vamos a un concierto es cuando desconectamos. Y si ahí nos sentimos seguros, sentimos que se cumple todo, y además el público que hemos tenido es el más responsable que puedes encontrar, pues es el momento para animar a esas iniciativas.

P. ¿Y por qué, para hacer ver lo que dices, habéis elegido Ondara y la Marina Alta?

R. La Marina, como bien sabréis, ha sido una fuente de creación de grupos que tanto nos han representado. Nosotros somos de La Ribera, pero siempre que nos hemos acercado un poco a la Marina hemos sentido como si estuviéramos en casa. Yo creo que tanto en la Marina Alta como en la Baixa son las comarcas que más hemos tocado. Siempre con una respuesta tanto de público como de energía muy por encima de lo que nosotros esperamos.

Entonces, pasar un verano tan especial como éste sin pisar la Marina era algo que nos negábamos al cien por cien. Por eso hemos luchado hasta el último momento por encontrar un espacio y a última hora apareció este espacio de la Plaza de Toros.

Además, nosotros tenemos una conexión especial con Ondara. La música que se ha hecho de La Fúmiga se ha grabado ahí, al estudio de Mark Dasousa. Precisamente ahí en la Plaza de Toros es donde, cuando hacemos un parón para comer, nos tomamos el café, ja, ja, ja. Mientras no haya toros, las plazas de toros son bonitas y todo.

Es un sitio muy especial para nosotros. Nunca habíamos tocado en Ondara y mira que es un pueblo donde pasamos horas y horas de nuestras vidas. Creo que va a ser un concierto muy especial y bonito. La respuesta de la gente, además, parece muy positiva. Desde que anunciamos el concierto, en unas horas se agotaron la mitad de las entradas. La lástima es que, al haber aforo reducido, habrá gente que se quede fuera. Pero, a ver si de alguna forma sirve de ejemplo para otros pueblos de la Marina que se animen a seguir apostando por la cultura y por música nuestra. Que si no vamos nosotros, iremos de público para ver a compañeros y compañeras que también nos morimos de ganas de poder ver.

P. Para toda la gente que no ha podido ir aún a un concierto en la nueva normalidad, ¿qué van a ver en el concierto de La Fúmiga? ¿Cómo será?

R. Durante los primeros conciertos que hicimos la normativa no te dejaba levantarte de las sillas. Ahora sí que dejan. La mascarilla es obligatoria como en cualquier lugar.

Es un concierto donde no te puedes desplazar ya que tienes asignado tu espacio y tu silla, pero la energía es espectacular. En Alzira, por ejemplo, éramos 700 personas, que no es un número súper importante, pero es uno de los conciertos de los que más energía recibimos de la gente.

Tienen tantas ganas de hacer algo que hace tanto que no pueden hacer, que es como que las condiciones no importan. Si te dejas llevar por la música, es casi como un acto de rebeldía ahora, ir a un concierto, cantar, bailar en tu espacio y pasarlo súper bien.

P. Sabemos que tenéis una canción con un grupo importante en la Marina Alta como es Smoking Souls. ¿Se espera alguna colaboración el sábado?

R. Ja, ja, ja. No creo, no creo. No es fácil ahora liar a compañeros. Bueno, hemos liado a nuestras amigas de Pupil.les, que intentamos que se vengan siempre que pueden, pero… Bueno, igual me has dado una idea ja, ja, ja.

Smoking además, si no me engaño, tocaron en Feslloc y no pudieron hacer nada más. Porque se han suspendido muchas cosas. Nosotros porque nos hemos buscado la vida, pero no ha sido ninguna iniciativa externa. Ese es el problema. La parálisis absoluta de programación de cultura y de programación de música de nuestro sector es alarmante, peligrosa y nos podremos arrepentir en un tiempo.

Nosotros estamos realmente en un momento crítico. Porque sin conciertos no se sostiene el proyecto. Seguimos haciendo música, seguimos haciendo videoclips, seguimos pagando alquiler, seguimos pagando materiales, seguimos pagando furgonetas, sin recibir ningún ingreso.

Si no se dan cuenta de eso, después, cuando los grupos valencianos y en valenciano no estén, todos lloraremos. Imagino que nosotros más, porque teníamos muchas ganas de esta aventura, de esta dinámica, pero llegaremos hasta donde podamos. No es sencilla la situación, no vamos a engañarnos.

P. ¿Tenéis algún otro concierto programado para después de Ondara?

Nada, absolutamente nada. Bueno, hay un bolo el 21 de agosto en Lleida. Es lo único que se mantienen ahí, que sigue siendo un concierto de la gira programada. Esperemos que se pueda hacer y que al menos podamos visitar Catalunya una vez este verano.

"Quedan meses y meses para vivir la nueva normalidad, por lo que o lo asumimos pronto o nunca lo asumiremos"

Es de agradecer la iniciativa de Ondara en estos tiempos. Creo que es el momento de demostrar como corporación este tipo de apuestas. Al final de esto nos acordaremos. De Ondara siempre recordaremos que nos tiró un capote, nunca mejor dicho, para cedernos la plaza de toros. Eso no se olvida, cuando en los malos momentos alguien te apoya. Eso se queda guardado en la memoria.

P. Muchas gracias, Àrtur. ¿Hay algo que quieras añadir para animar a esa persona que pueda tener miedo de acercarse al concierto por la situación?

R. Que la gente no tenga miedo, porque nuestro público es ejemplar y cuando se les dice que no se quiten la mascarilla no se la quita. Puedes bailar en tu espacio con tu gente y, aunque no es el tumulto de antes, es divertido y es la nueva realidad. Quedan meses y meses para vivirla, por lo que o lo asumimos pronto o nunca lo asumiremos.

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