La nueva decoración del Mercat Municipal de Dénia ya se puede visitar. Un enorme mural artesano construido a partir de 828 azulejos pintados a mano, con el cual podemos viajar al pasado, hasta los años 50, simplemente deteniéndonos frente a él unos segundos y observando la gran cantidad de detalles.
Primero veremos un puerto dianense anterior al actual, más rudo, más desnudo. Rápidamente, nuestra vista se la lleva el sugerente castillo. Pero, claro está, siempre acabamos mirando al Montgó. Ahora bien, el mural es mucho más que eso. Frente a él se puede volver a pasear por la época, no solo con el paisaje que observamos sino también por la técnica que evoca la década en la que se abrió el Mercat. Quédate frente a un azulejo simplemente blanco y no te creerás que se ha hecho en 2019.
Este magnífico nuevo emblema del edificio y, por tanto, de la ciudad de Dénia es obra de José Manuel Tos, un hombre natural de Manises, la capital del azulejo valenciano, que toda la vida se ha dedicado a la decoración en cerámica. "Hice el peritaje artístico en la escuela de cerámica, me gradué a los 18 años y ha sido el trabajo mío vocacional de toda la vida", cuenta el autor.
No obstante, el Montgó le cautivó y tuvo que mudarse cerca. "Hace 5 años conocí Jesús Pobre. El primer domingo del año 2015 fui a visitar el pueblo y me di con el mercadito que había, con su tan agradable ambiente. Decidí mudarme con mi señora y vivo ahí desde hace 4 años". Ahí fue donde Tos conoció a Javier Scotto, alcalde de Jesús Pobre y concejal en Dénia. Al parecer, éste le comentó al artista que había un proyecto para realizar un mural en la zona de la pescadería.
"Lo estuvimos hablando y llegamos al acuerdo de que debía se un mural representativo de la época en la que se fundó el mercado. Pensé que no debíamos poner ni pescado ni figuras, que habría sido lo fácil, pero siendo la zona del pescado lo mejor era presentar algo con lo que la gente se identificara con el ambiente que queríamos plasmar", relata Tos. En marzo presentó al Ayuntamiento un boceto a partir de una foto que le facilitaron de los años 50. Pasó un tiempo entre los papeles y la licitación, y en mayo de este año se le concedió la ejecución del mural.
El mural está hecho de forma artesanal, como se ha trabajado toda la vida según Tos, exceptuando la parte de abajo que es un zócalo en azul, puramente industrial. La parte de arriba se ha hecho totalmente a mano. El esmaltado usado en la parte blanca le otorga ese carácter antiguo lejos del blanco industrial, con el que el autor busca reflejar un poquito más la época que se presenta en el cuadro.
Cuatro meses de arduo trabajo
El mural consta de 828 azulejos, la parte de abajo con un zócalo de 80 centímetros en azul cobalto, en la parte superior a ésta hay 390 azulejos que forman la panorámica de 20x20, con 2’60 de altura por 6 metros de ancho. En total son 390 azulejos la parte decorada. En la parte superior encontramos el escudo del Ayuntamiento de Dénia, el motivo central es el rótulo del mercado y la fecha, y en la parte derecha tenemos la rosa de los vientos que representa muy bien lo que es la zona ésta. La parte ya superior del todo es el esmaltado en blanco. Esmaltado todo a mano, por las manos de José Manuel Tos.
"Es un trabajo de 4 meses que he pasado bastante nervioso hasta el final, destacando el nerviosismo de los 4 días que nos ha llevado la colocación del mural. Porque en este mural, como cualquiera de cerámica, el problema es el montaje. Con cualquier percance se rompe un azulejo y se paraliza todo para volver a pintar el azulejo y ajustarlo a lo que hay alrededor", admite Tos.
Libertades tomadas frente a la realidad
Ahora bien, el ojo más avispado puede encontrar algunos detalles que, por muy años 50 que represente, se alejan de la realidad. No obstante, todo tiene un porqué. "La fotografía que me presentaron era en formato vertical y el mural es en horizontal, por lo que he tenido que hacer pequeñas distorsiones para cuadrarlo. Javier (Scotto) se empeñó en que apareciera la parte final del Montgó, cosa que es imposible con esta panorámica. Yo creo que le habré quitado un kilómetro como mínimo al Montgó pero bueno, lo hemos metido. Después, la foto también era desde bastante lejos, por lo que he recurrido un poco a la inventiva. Habrán detalles de la gente que vivía en aquella época que no serán tal cual porque me era imposible poderlos hacer. Pido disculpas a las personas que no se sientan identificadas al 100%, pero de lo que se trataba era de hacer una panorámica que representara la época en la que se desarrolla el mural".
Y, desde luego, consigue plasmarlo como pocos en este enorme mural que se convierte en su segunda obra más grande en cuanto a cantidad de azulejos, por detrás de un encargo del hotel Bali de Benidorm, por lo que el artista afirma que le ha supuesto todo un reto.
José Manuel Tos afirma que ahora volverá a disfrutar de las cosas pequeñas, las obras en aculejos individuales que vende en el mercado de Jesús Pobre. "No sé si éste será el que me jubilará de los murales", comenta Tos. Esperemos que no.
