Aunque para la mayoría, "a la tercera va la vencida", para el montañero de Dénia Juan Tomás bastaron dos intentos para conquistar la cima del punto más alto de la Unión Europea, el Mont Blanc. A finales de agosto, y junto a su compañero Pablo Miravalles, consiguieron conquistar la cima de la conocida como Montaña Maldita en una dura jornada en la que, por suerte, el clima acompañó.
Hace cuatro años, pero junto a otro compañero, Juan intentó la ascensión al pico, pero el mal de altura les jugó una mala pasada y tuvieron que desistir en su empeño. Pero esta vez todas las condiciones eran favorables para que pudiera completarse la hazaña, y así fue.
Juan y Pablo realizaron la ascensión por una de las rutas más peligrosas por las avalanchas que sufre, con un desnivel positivo de 1.600 metros, y para evitar los problemas que causa el mal de altura (dolor de cabeza, debilidad y náuseas), se tomaron su tiempo para completar los últimos 500 metros, dedicándole a ese tramo alrededor de dos horas. En total, estos dos aficionados al montañismo dedicaron 14 horas a subir y bajar la cima del Mont Blanc. Ahora, otro reto se impone: la subida al Cervino, en Suiza.
Esta ascensión fue la recompensa a meses de entreno, de carreras por montaña y de pruebas "que te ponen las pilas". Y es que, tres semanas antes de la ascensión, participaron en el maratón de Benasque, uno de los más duros del calendario.
Pero no es necesario irse tan lejos para entrenar. Juan reconoce que el Montgó es una montaña perfecta para correr por ser pedregosa y muy técnica en su parte superior. Por eso pasa mucho del tiempo libre que le deja su trabajo -es guía de deportes de aventuras- en El Vell Montgó.
